BIENVENIDOS

"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

31 de marzo de 2012

PROVISIONES PARA CADA EMERGENCIA

¿Como escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo
sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron.
(Hebreos 2:3)

   El plan divino Autor de la salvación no dejó nada incompleto en el plan; cada una de sus fases es perfecta. El pecado de todo el mundo fue colocado sobre Jesús y la Divinidad prodigó en Jesús su más alto valor a la humanidad doliente, para que todo el mundo pudiera ser perdonado por fe en el Sustituto. El más culpable no necesita tener temor de que Dios no lo perdone, porque será remitido el castigo de la ley debido a la eficacia del sacrificio divino. Mediante Cristo, puede volver a su obediencia a Dios.
   ¡Cuan maravilloso es el plan de la redención en su sencillez y plenitud! No solo proporciona el perdón al pecador, sino también la restauración del transgresor, preparando un camino por el cual puede ser aceptado como hijo de Dios. Por medio de la obediencia puede poseer amor, paz y gozo. Su fe puede unirlo en su debilidad con Cristo, la Fuente de la fortaleza divina; y mediante los méritos de Cristo puede hallar la aprobación de Dios porque Cristo ha satisfecho las demandas de la ley, e imputa su justicia al alma penitente que cree...
   ¡Que maravilloso amor fue desplegado por el Hijo de Dios!... Cristo toma al pecador en su más profunda degradación y lo purifica, refina y ennoblece. Contemplando a Jesús tal como es, se transforma el pecador y es elevado a la misma cumbre de la dignidad, llegando aun a sentarse con Cristo en su trono...
   El plan de la redención responde a cada emergencia y a cada necesidad del alma. Si fuera deficiente en alguna forma, el pecador podría hallar excusa... pero el Dios infinito conocía cada necesidad humana y ha hecho amplia provisión para suplirla... ¡Qué, pues, podrá decir el pecador en el gran día del juicio final?

30 de marzo de 2012

CÓMO GOZAR DEL CIELO

Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis
 a ser participes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción
que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. (2 Pedro 1:4)
   
   El designio de Dios al darnos ricas promesas es presentado por el apóstol Pedro, para que, seamos "participantes de la naturaleza divina..."  Nuestras apetencias terrenales y mundanales deben ser transformadas a semejanza de las divinas y celestiales. El cielo no sería cielo para usted  ni para mí si nuestros gudtos, meditaciones y nuestro temperamento no fueran como los de Cristo. Las puras y celestiales mansiones  que Cristo ha ido a preparar para sus hijos son tales que solo los redimidos pueden apreciarlas habiendo sido hechos idóneos para ellas por la obra interna de la gracia en su corazón.
    Podría describirle las bienaventuranzas del cielo, las coronas preparadas para los vencedores, el lino blanco que es la justicia de Cristo, las palmas de victoria y las arpas de oro. Pero solamente esto no haría del cielo un lugar de bendición para ninguno de nosotros. Sin ninguna de esas cosas, si tenemos caracteres puros y santos, estaríamos felices porque tendríamos a Jesús  y su amor. La pureza, la inocencia y la conformidad con el carácter de Cristo harán que el cielo sea deseable. Todas las facultades se fortalecerán en forma de un todo armonioso. La bendición perfecta solo puede morar en el corazón donde cristo reina supremo.
   Cristo vino a nuestro mundo para morir, el Justo por los injustos... para que pudiera elevar y ennoblecer a hombres y mujeres y estampar sobre ellos su divina imagen.
   No necesitamos retener  una sola tendencia pecaminosa... Al participar de la naturaleza divina, las malas tendencias, hereditarias y cultivadas, son eliminadas del carácter y somos convertidos en un poder viviente para el bien.

29 de marzo de 2012

MODELADOS DE ACUERDO CON EL CARÁCTER DE CRISTO

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor
somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen,
como por el Espíritu del Señor. (2 Corintios 3:18)

Cuando un hombre se aparta  de las imperfecciones humanas y contempla a Jesús, se realiza en su carácter una transformación divina. Fija sus ojos sobre Cristo como sobre un espejo que refleja la gloria de Dios y al contemplarlo, se transforma a la misma imagen, de gloria en gloria, como por el Espíritu del Señor...
   Apartad vuestros ojos  de las imperfecciones de otros, y fijadlos firmemente en Cristo. Estudiad su vida y carácter con corazón contrito. Necesitáis ver el banquete  que está delante de vosotros y para que comáis y bebáis la carne y sangre del Hijo de Dios, que es su Palabra. Gustando la buena Palabra de vida, alimentándoos con el pan de vida, podréis ver el poder de un mundo venidero y ser nuevas criaturas en Cristo Jesús.
   El Espíritu Santo revela a Cristo en la mente y la fe se posesiona de él. Si aceptáis a Cristo como a vuestro Salvador personal, conoceréis por experiencia el valor del gran sacrificio hecho en vuestro favor en la cruz del Calvario. El Espíritu de Cristo, al obrar sobre el corazón, lo conforma a su imagen; pues Cristo es el modelo sobre el cual trabaja el Espíritu...
   Poseer a Cristo es vuestra primera obra, y revelarlo como Aquel que puede salvar hasta lo sumo a todos los que se le allegan, es vuestra obra que le sigue en importancia. Servir al Señor de todo corazón es honrar y glorificar su nombre ocupándoos de cosas santas, teniendo la mente llena de las verdades vitales reveladas en su santa Palabra.
   La bondad, la humildad, la mansedumbre y el amor son los atributos del carácter de Cristo. Si tenéis el espíritu de Cristo, vuestro carácter se modelará a semejanza del suyo.

28 de marzo de 2012

LA VIDA NO ES UN JUEGO

De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí
(Romanos 14:12)

Todos nosotros , como seres bendecidos por Dios con facultades de razonamiento, inteligencia y juicio, deberíamos reconocer nuestra responsabilidad ante Dios. La vida que nos ha dado es una responsabilidad sagrada, y ningún momento de ella ha de ser  considerado livianamente, pues hemos de encontrarlo nuevamente en el registro del juicio. Nuestras vidas están tan ciertamente trazadas en los libros del cielo como una fotografía en la placa del fotógrafo. No solo se nos hace responsables por lo que hacemos, sino por lo que hemos dejado de hacer...
   Es el amor a la comodidad egoísta, el amor al placer, vuestro amor propio, exaltación propia, lo que impide que aprendáis las preciosas lecciones de la vida en la escuela de Cristo. El deber del cristiano es no permitir que lo modelen el ambiente y las circunstancias, sino vivir por encima de los factores que lo rodean formando su carácter de acuerdo con el Modelo divino. Ha de ser fiel en cualquier  lugar  donde se encuentre. Ha de hacer su deber con fidelidad aprovechando las oportunidades que Dios le da, aprovechando al máximo sus talentos...
   Si moráis en Cristo, aprendiendo de su escuela, no seréis  rudos, faltos de honradez o desleales. La cruz de Cristo corta de raíz todas las pasiones y prácticas que no son santas. Cualquiera sea la naturaleza de vuestro trabajo, llevaréis a él los principios de Cristo y os identificaréis con la tarea entregada a vuestras manos. Vuestro interés será el de vuestro empleador. Si se os paga por vuestro tiempo, comprenderéis que el tiempo para trabajar no es vuestro, sino que pertenece al que os paga. Si sois descuidados y despilfarradores, malgastando material, derrochando tiempo, fallando en ser laboriosos y diligentes, se os registra en los libros del cielo como siervos infieles.

27 de marzo de 2012

SEMBRANDO Y COSECHANDO

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción;
 mas  el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna (Gálatas 6:7,8)

¿Qué significa sembrar para la carne? Es seguir los deseos e inclinaciones del propio corazón natural. Cualquiera sea nuestra profesión, si estamos sirviendo al yo en vez de servir a Dios, estamos sembrando para la carne. La vida cristiana es una vida de abnegación y de llevar la cruz. Hemos de soportar penalidades como buenos soldados de Jesucristo... No podemos preguntar: ¿Que es lo que nos conviene? sino solamente: ¿Cuales son nuestras ordenes? Nadie considera que la vida de un soldado sea una vida de complacencia propia y satisfacción egoísta. Hoy estamos en el campo de batalla y dos grandes fuerzas siempre están luchando por la supremacía...
   ¿Qué estáis sembrando en vuestra vida diaria? ¿Estáis sembrando para vuestra carne? ¿Pensáis tan solo en vuestros placeres y conveniencias? ¿Sembráis para el orgullo, la vanidad y la ambición? "Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará"...
   Os suplico que sembréis para el Espíritu. Cada tentación resistida os dará poder para sembrar para el Espíritu en otro tiempo de prueba.
   Si sembráis fe, prestando obediencia a Cristo, segaréis fe y poder para obediencia futura. Si procuráis ser una bendición para otros, Dios os bendecirá... El gozo que damos a otros se reflejará en nosotros; pues así como sembramos, así segaremos...
   Se ha hecho abundante provisión para que todos los que desean vivir una vida piadosa puedan tener gracia y fortaleza mediante Jesús nuestro divino Redentor... Los siervos de Dios han de recibir paz y fortaleza de la Fuente de su fortaleza y al hacerlo, encontrarán que la vida está llena de felicidad y paz.

26 de marzo de 2012

LOS MÁS ELEVADOS OBJETOS DE AMBICIÓN

Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida
eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará; porque
a éste señalo Dios el Padre. (JUAN 6:27)

No podemos decir al ambicioso que debe dejar de serlo si quiere ser cristiano. Dios coloca delante de él los más elevados objetos de ambición: un manto blanco inmaculado, una corona tachonada de joyas, un cetro, un trono de gloria, un honor que es tan duradero como el trono de Jehová. Todos los elementos de carácter que ayudan al hombre a tener éxito y ser honrado en el mundo, el deseo irrefrenable de hacer algún bien mayor, la voluntad indómita, el esfuerzo tenaz, la perseverancia incansable, no han de ser desechados. Han de permanecer, y mediante la gracia de Dios recibida en el corazón, han de cambiar de dirección. Esos valiosos rasgos de carácter han de aplicarse a objetos tanto más elevados y nobles que los propósitos mundanos, como los cielos son más que la tierra.
   Jesús presenta un manto blanco, una corona de gloria más rica que la que jamás haya adornado las sienes de un monarca, y títulos por encima de los que tienen los honorables príncipes. La recompensa de una vida dedicada al servicio de Cristo excede a cualquier imaginación humana pueda abarcar. Cristo no demanda que los hombres pongan a un lado su celo, su deseo de superación y elevación; sino quiere que busquen, no tesoros, perecederos u honores transitorios, sino lo que es perdurable...
   Dios se agrada si apuntan alto los que se esfuerzan por la vida eterna. Habrá poderosas tentaciones para complacer los rasgos naturales del carácter... pero cada tentación resistida es una victoria de valor inapreciable ganada al someter el yo; ella doblega paciencia y tolerancia... Al ser instados a luchar por la  victoria, con la fortaleza de Jesús apuntemos hacia la corona celestial con estrellas.

25 de marzo de 2012

CUMPLIENDO LAS OBLIGACIONES DE LA VIDA

Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para si. (Romanos 14:7)

Formulaos la pregunta: "¿Qué es mi vida para Dios y para mis prójimos? No hay nadie que viva para sí. Ninguna vida se vive en terreno neutral. Nuestros conceptos de la vida pueden ser influidos por el enemigo de toda justicia, de modo que no comprendamos su vasta importancia; pero no podemos desprendernos de nuestra   responsabilidad: vivir sin tomar en cuenta la vida futura, inmortal, y todavía cumplir con nuestro deber para con Dios y nuestros prójimos. Cada uno es una parte del gran tejido de la humanidad, y cada uno tiene una influencia muy abarcante. No podemos cumplir la obligación que descansa sobre nosotros con nuestra sola fuerza. Debemos tener la ayuda divina para hacer frente a nuestras responsabilidades, a fin de que nuestra influencia lleve la debida dirección y sea una influencia que recoja con Cristo.
Todos nuestros talentos de tiempo, capacidad e influencia fueron concedidos por Dios, y han de serle devueltos en servicio voluntario. El gran propósito de la vida que Dios nos ha dado no es el de conseguir ventajas temporales, sino la obtención de los eternos privilegios del reino de los cielos. El Señor ha comprado  todo lo que hay en nosotros por la preciosa sangre de Cristo; y retener de él lo que le pertenece, es un robo de la peor especie.
Nuestra vida no es nuestra, nunca lo fue y nunca puede ser. La pregunta importante es: ¿Está entretejida mi vida con la de Jesús?...
Si os relacionáis con Dios, temiéndole, amándole, obedeciéndole y dando al mundo un ejemplo viviente de lo que debiera ser la vida cristiana, cumpliréis con vuestra obligación para Dios y vuestros prójimos. Habéis de demostrar en vuestra vida lo que significa amar a Dios de todo vuestro corazón, y a vuestro prójimo como a vosotros mismos.

23 de marzo de 2012

GUÍA Y AMIGO

Acuérdate de los tiempos antiguos, considera los años de muchas generaciones; pregunta 
a tu padre, y él te declarará (Deuteronomio 32:7)

La vida es como un viaje. Hay tormentas y luz del sol, pero recordemos que nos estamos acercando al puerto deseado. Pronto estaremos más allá de las tormentas y tempestades. Nuestro deber actual es prestar atención a la voz que dice: "Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón" (Mateo 11:29).
   Debemos aceptar diariamente esa invitación. El pasado esta en el libro donde se anotan todas las cosas, si así lo queremos. El pasado debiera enseñarnos sus lecciones. Al convertir al pasado en nuestro guía, tambien podemos hacerlo nuestro amigo. Al traer a la mente lo que en el pasado nos ha sido desagradable, que nos enseñe a no repetirlo. No se registre en el futuro que nos cause remordimiento después...
Cada día que vivimos estamos haciendo nuestra historia. Hoy es nuestro, ayer está más allá de nuestra posibilidad  de enmendarlo o controlarlo. No apenemos, pues, hoy, al Espíritu de Dios, pues mañana no podremos hacer volver este día; será ayer para nosotros...
   Jesús tiene abundante ayuda y gracia para todos los que las aprecien. El Señor es nuestro ayudador; con él está el perdón.
   Solo él puede borrar los pecados del pasado. Puede fortalecer la mente. Si consideramos al pasado no más ya como nuestro enemigo, sino como un amigo para que nos amoneste haciéndonos retirar del terreno donde no debemos acercarnos, demostrará ser  un amigo verdadero...
   ¿Nos aferraremos del bien y lo apreciamos, y rehusaremos el mal? ¿Caminaremos humildemente con Dios?... Tenemos solo un pequeño período en el cual obrar. No debemos educarnos para inquietarnos. Mantened los ojos hacia arriba, fijos en el blanco de nuestra elevada vocación en Cristo Jesús.

21 de marzo de 2012

LA VIDA QUE DIOS USA

Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he
creado, los formé y los hice. (Isaías 43:7)

Nuestra vida es del Señor y está revestida de una responsabilidad que no comprendemos plenamente. Las hebras del yo están entretejidas en la trama, y esto ha deshonrado a Dios...
    Nehemías, después de haber ganado tan gran influencia sobre el monarca en cuya corte vivía, y sobre su pueblo en Jerusalén, en vez de alabar sus propios excelentes rasgos de carácter, su notable aptitud y energía, presentó el asunto tal como era. Declaró que su éxito se debía a la bondosa mano de Dios que estaba sobre él. Acariciaba la verdad de que Dios era su salvaguardia en cada puesto de influencia. Alababa el poder habilitante de Dios en cada rasgo de carácter por el cual había obtenido favor...
    Necesitamos comprender profundamente que toda influencia  es un talento precioso que ha de usarse para Dios... En los seres humanos, hay la tentación constante de considerar que cualquier influencia que hayan ganado es el resultado de algo valioso que hay en ellos mismos. El Señor no puede actuar con los tales... Él convierte en su representante al siervo fiel y humilde: el que no se ensoberbecerá, ni pensará de sí más elevadamente de lo que deba pensar. La vida de tal siervo será dedicada a Dios como un sacrificio vivo, y esa vida será aceptada, usada y sostenida. Dios anhela hacer sabios a los hombres con su propia sabiduría divina, para que esa sabiduría pueda ser ejercida para provecho de Dios. Él se manifiesta a sí mismo mediante el consagrado y humilde obrero...
     Emplead cada facultad que os ha sido confiada como un sagrado tesoro, que ha de usarse para impartir a otros el conocimiento y la gracia recibidos. Así responderéis al propósito para el  cual Dios os las ha dado. El Señor nos requiere que sumerjamos el yo en Jesucristo y que dejemos que toda la gloria sea para Dios. 

EL CAPITAL DEPOSITADO

Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está luz entre vosotros; andad entre
tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas;
porque el que anda en tinieblas, no sabe adónde va. (Juan 12:35)

Esta es la amonestación que daríamos a los que pretenden creer la verdad: "Aún un poco está la luz entre vosotros". Os pediríamos que considerarais la brevedad de la vida humana, cuán prestamente pasa el tiempo. Dentro de nuestro alcance hay áureas oportunidades y privilegios. La copiosa y abundante misericordia de Dios espera que demandemos sus más ricos tesoros. El Salvador está dispuesto para prodigar gratuitamente sus bendiciones, y la única pregunta es: ¿Las aceptaréis? Se han hecho ricas provisiones y la luz brilla de una diversidad de formas; pero esa luz perderá su precioso carácter para los que no la aprecian, no la aceptan ni responden a ella, o, habiéndola recibido, no transmiten la luz a otros.
     Vuestra vida, vuestra alma, vuestra fortaleza, vuestras facultades mentales y físicas han de ser consideradas como un capital depositado para que se incremente para vuestro Señor durante el período de vuestra vida. Habéis de permanecer en vuestro lugar determinado en el gran ejército de Dios para llevar a cabo su plan de salvar vuestra propia alma y el alma de otros. Lo podéis hacer viviendo una vida cristiana consecuente, realizando esfuerzos fervientes, aprendiendo en la escuela de Cristo sus caminos, sus propósitos, y subordinando vuestra voluntad y vuestros caminos a la voluntad... de Cristo...
     "El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida". (1 Juan 5:12). Los que creen en Cristo derivan el poder de sus motivos y la estructura de su carácter de Aquel en quien creen. "Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos" (2 Corintios 13:5).

LA INVERSIÓN MÁS PROVECHOSA

Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado,
y mi alma lo sabe muy bien. (Salmos 139:14)

   La vida tan solo se nos da transitoriamente: y todos debiéramos hacernos la pregunta: ¿Como puedo invertir mi vida de modo  que rinda el mayor provecho posible? La vida es valiosa únicamente si la empleamos para el beneficio de nuestros prójimos y la gloria de Dios. El cultivo cuidadoso de las facultades con que el Creador nos ha dotado nos capacitará para la utilidad aquí y la vida eterna en el mundo venidero.
    El tiempo bien empleado es el que se dedica al establecimiento y conservación de la buena salud física y mental.... Es fácil perder la salud, pero es difícil recuperarla....
    No podemos permitirnos el empequeñecer o dañar una sola función de la mente o del cuerpo por excesivo trabajo o por el abuso de cualquier parte de la maquinaria viviente. Tan ciertamente como lo hagamos, sufriremos las consecuencias. Nuestro primer deber para Dios y nuestros prójimos es desarrollar todas nuestras facultades. Debiera cultivarse hasta el máximo grado de perfección cada facultad con que el Creador nos ha dotado.... Se necesita la gracia de Cristo para refinar y purificar la mente; esta voluntad nos capacita para ver y corregir nuestras deficiencias y para mejorar lo que es excelente en nuestro carácter. Esta obra, efectuada en nosotros por la fortaleza y nombre de Jesús, será de más beneficio para la sociedad que cualquier sermón que podamos predicar...
    Hay pocos todavía que se han dado cuenta lo suficiente como para comprender cómo sus hábitos de alimentación tienen que ver con su salud, su carácter, su utilidad en este mundo y su destino eterno. El apetito siempre debiera ser sometido... El cuerpo debiera ser siervo de la mente, y no la mente del cuerpo. Todos debieran entender en cuanto a su organismo  físico lo que el salmista pudo decir: "Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido formado".

20 de marzo de 2012

LAS COSAS MEJORES DE LA VIDA

Yo he venido para que tengas vida, y para que la tengas
en abundancia. (Juan 10:10)

   Cada momento de nuestra vida es intensamente real. La vida no es un juego; está llena de solemne importancia, cargada de responsabilidades eternas. Cuando consideremos la vida desde este punto de vista, nos daremos cuenta de nuestra necesidad de ayuda divina. Sentiremos vigorosamente le convicción de que una vida sin Cristo será una vida de completo fracaso; pero si Jesús habita en nosotros, viviremos para un propósito. Entonces comprenderemos que sin el poder de la gracia y el Espíritu de Dios, no podemos alcanzar le elevada norma que él ha colocado delante de nosotros. Hay una divina excelencia de carácter que hemos de alcanzar; y al esforzarnos por llegar a la norma del cielo, los incentivos divinos nos impelerán hacia adelante, la mente se equilibrará y la intranquilidad del alma se desvanecerá en el reposo de Cristo. 
            Con cuánta frecuencia nos relacionamos con gente que nunca es feliz. No puede disfrutar del gozo y paz que da Jesús. Hay quienes profesas ser cristianos, pero no cumplen con las condiciones necesarias para que se efectúe la promesa de Dios. Jesús ha dicho: " Venid a mí...  Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga" (Mateo 11:28-30). La razón por la cual muchos están intranquilos es porque no están aprendiendo en la escuela del Maestro. El sumiso y abnegado hijo de Dios comprende por experiencia propia lo que es tener la paz de Cristo.
        Las mejores cosas de la vida, sencillez, honradez, fidelidad, pureza, integridad contaminada, no se pueden ni comprar ni vender. Se dan gratuitamente para el analfabeto o el culto, para el blanco o el negro, para el pobre y para el rey en su trono.

19 de marzo de 2012

JOYAS PRECIOSAS DE CRISTO

Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe;
 y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.
(Malaquias 3:17)

El reino de los cielos es representado por un mercader que "busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró" (Mateo 13:45,46)
   Esta parábola tiene un significado doble y se aplica no solo al hombre que busca el reino de los cielos, sino a Cristo que busca su herencia perdida. Por la transgresión, el hombre perdió su santa inocencia, y se hipotecó a satanás. Cristo, el unigénito de Dios, se empeño por la redención del hombre, y pagó el precio de su rescate en la cruz del Calvario. Dejó los mundos no caídos, la compañía de los santos ángeles del universo celestial; pues no podía estar satisfecho mientras la humanidad estuviera alejada de él. El mercader celestial pone a un lado su manto y corona reales. Aunque es el Príncipe y Comandante de todos los cielos, toma sobre sí la vestidura de la humanidad, y viene a un mundo que está malogrado y marchitado con la maldición, para buscar la perla perdida, para buscar al hombre caído por la desobediencia.... Estamos unidos mediante un pacto con Dios; recibimos el perdón y hallamos paz. Jesús encuentra la perla de la humanidad perdida, y la engarza  de nuevo en su propia diadema...
    El dijo: "Yo soy la luz del mundo" (Juan 8:12). Está dispuesto a inspirar con esperanza al más pecaminoso y degradado. Dice: "Al que a mí viene, no le echo fuera" (Juan 6:37). Cuando un alma entrega al Salvador, el Salvador se regocija como un mercader que ha hallado su perla preciosa. Por su gracia obrará en el alma hasta que sea como una joya pulida para el reino celestial.  


15 de marzo de 2012

EL MISTERIO DE LA PIEDAD

El que no escatimó ni a su propio hijo, sino que lo entrego por todos nosotros,
¿cómo no nos  dará también con él todas las cosas?
(ROMANOS  8:32)

   Antes que fuera conferido este admirable e incomparable don, todo el universo celestial estaba profundamente conmovido por el esfuerzo de comprender el insondable amor de Dios, conmovido por despertar en el corazón humano una gratitud proporcional al valor de ese don. Nosotros, por quienes Cristo ha dado su vida, ¿vacilaremos entre dos opiniones? ¿le daremos a Dios tan solo una pizca de nuestras facultades naturales? ¿le devolveremos tan solo una parte de las capacidades y facultades que nos ha prestado Dios? ¿Podemos hacer esto al paso que sabemos que Aquel que era el Comandante de todo el cielo... comprendiendo  la importancia  de los hombres, vino a esta tierra revestido de naturaleza humana, para que pudiéramos unir nuestra humanidad con su divinidad?
  Se hizo pobre para que pudiéramos entrar en posesión de los tesoros celestiales, un alto y sobremanera eterno peso de gloria. Para rescatar a la raza humana, descendió de una humillación a otra, hasta que el divino humano Cristo doliente fue levantado en la cruz para atraer a todos los hombres a sí. El Hijo de Dios no podría haber mostrado mayor condescendencia; no podría haberse rebajado más.
   Este es el misterio de la piedad... Este es el misterio que ha conmovido a todo el cielo a unirse con el hombre para llevar a cabo el gran plan de Dios para la salvación de un mundo arruinado, para que los hombres y las mujeres pudieran ser guiados por las señales en el cielo y en la tierra a prepararse para la segunda venida de nuestro Señor....
   Como Cabeza de la iglesia, Cristo llama con autoridad a cada persona que dice creer en él para que siga su ejemplo de abnegación y sacrificio propio.... Son llamados  para congregarse sin demora bajo el estandarte manchado de sangre de Cristo Jesús.

JESÚS NOS MANTIENE FIRMEMENTE


Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. (JUAN  10:27,28)
En los atrios celestiales, Cristo intercede por su iglesia, intercede por aquellos para quienes pagó el precio de la redención con su sangre. Los siglos de los siglos no podrán menoscabar la eficiencia de su sacrificio expiatorio. Ni la vida ni la muerte, ni lo alto ni lo bajo, pueden separarnos del amor del Dios que es en Cristo Jesús; no porque nosotros nos asimos de él tan firmemente, sino porque él nos sostiene con seguridad. Si nuestra salvación dependiera de nuestros propios esfuerzos, no podríamos ser salvos; pero ella depende de Uno que garantiza todas las promesas (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 441).
   Jesús, precioso Jesús, "misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado"(EXODO 34:6,7).  ¡Oh, cuán privilegiados somos  porque podemos venir a Jesús tal como somos y podemos descansar en su amor! No tenemos esperanza fuera de Jesús. Solo él puede tomarnos con su mano y sacarnos de las profundidades del desánimo y la impotencia para colocar nuestros pies sobre la Roca. Aunque el alma humana puede aferrarse a Jesús comprendiendo desesperadamente su gran necesidad, Jesús se aferrará de las almas compradas con su propia sangre con mayor firmeza aunque la del pecador que se aferra de él.
    Leo esto otra vez, por estar tan lleno de seguridad: "Teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia". (HEBREOS 4:14-16).

14 de marzo de 2012

SALVACIÓN EN TODA TORMENTA

                                                 
SALVACIÓN EN TODA TORMENTA

     La cual tenemos segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec  (HEBREOS 6:19,20)

Delante de nosotros ha sido colocada la esperanza, la esperanza de la vida eterna. Nada menos que eso satisfará a nuestro Redentor, pero depende de nosotros aferrarnos de esa esperanza por fe en aquel que ha prometido. Quizá tengamos que sufrir, pero los que son participantes con él en sus sufrimientos, participarán con él en su gloria. El ha comprado el perdón  y la inmortalidad para las almas pecadoras de los hombres que perecen, pero depende de nosotros recibir esos dones por fe. Creyendo en él, tenemos esta esperanza como un ancla del alma, segura y firme. Hemos de comprender que podemos esperar confiadamente el favor de Dios no solo en este mundo, sino en el mundo celestial, puesto que Cristo ha pagado tal precio por nuestra salvación. La fe en la expiación e intercesión de Cristo nos mantendrá firmes e inconmovibles en medio de las tentaciones que oprimen a la iglesia militante. 
Contemplemos la gloriosa esperanza que es puesta ante nosotros, y aferrémonos de ella por fe..
         No ganamos el cielo por nuestros méritos, sino por los méritos de Cristo.... No se centralice vuestra esperanza en vosotros mismos, sino en Aquel que ha entrado dentro del velo....
         Es cierto que estamos expuestos a grandes peligros morales; es cierto que estamos en peligro de ser  corrompidos. Pero este peligro solo nos amenaza si confiamos en el yo y miramos  no más arriba de nuestros propios esfuerzos humanos. Al hacer esto, provocaremos el naufragio de la fe.
        En Cristo se centraliza nuestra esperanza de vida eterna.... Nuestra esperanza es un ancla para el alma, segura y firme, cuando entra dentro del velo, pues el alma zamarreada por la tempestad se convierte en participante de la naturaleza divina.