BIENVENIDOS

"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

20 de febrero de 2015

PERMANECER EN CRISTO




"Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí."
Juan 15:4 

No es el contacto casual con Cristo lo que se necesita, sino el permanecer en él. El os llamó a morar con él. No os propone una felicidad pasajera que se experimente ocasionalmente mediante la búsqueda ferviente del Señor, y que se desvanece al abocaros a vuestras ocupaciones seculares. Vuestra permanencia en Cristo aliviana toda tarea necesaria, porque él lleva el peso de todas las cargas. El hizo provisión para que permanezcáis en él. Esto significa que debéis estar conscientes de que permanecéis en Cristo, de que estáis continuamente con Cristo, donde vuestra mente se anima y fortalece porque la habéis puesto sobre Cristo. . . , 

No os quedéis fuera de Cristo, como hacen muchos que hoy se dicen cristianos. El permanecer "en mí, y yo en vosotros" es una cosa posible de hacerse, y no se haría la invitación si vosotros no pudierais hacerlo. Jesús nuestro Salvador os está atrayendo continuamente mediante su Espíritu Santo, trabajando con vuestra mente para que moréis con Cristo. . . Las bendiciones que concede están todas relacionadas con vuestras propias acciones individuales. ¿Será rechazado Cristo? El dice:" "Y al que a mí viene, no le echo fuera" "(Juan 6:37). De otro grupo de personas dice:" "Y no queréis venir a mí para que tengáis vida" (Juan 5:40) . . . 

¿Hemos comprendido plenamente la bondadosa invitación: "Venid a mí"? El dice: "Permaneced en mí", no "Permaneced conmigo". "Entended mi llamamiento. Venid a mí "para quedar conmigo". Concederá gratuitamente todas las bendiciones implícitas en él a todos los que acudan a él en busca de vida. 

El tiene para vosotros algo mejor que la bendición de corta duración que experimentáis mientras buscáis al Señor en oración ferviente. Recibís el privilegio de su presencia permanente en lugar del privilegio de corta duración que se desvanece cuando volvéis a las tareas de la vida. . . 

El Señor Jesús permanecerá con vosotros y vosotros con el en todo lugar (Manuscrito 194, 1898)

18 de febrero de 2015

UNO CON CRISTO


"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer."
Juan 15: 5

La conexión de Cristo con su pueblo creyente está ilustrada por esta parábola como por ninguna otra (Review and Herald, 18 de septiembre, 1900). 

No había la menor excusa para que sus oyentes malentendieran sus palabras. La figura que usó era como un espejo puesto delante de ellos. . . 

Todos los que reciben a Cristo por la fe llegan a ser uno con él. Los pámpanos no están atados a la vid; no están unidos a ella por algún proceso mecánico de unión artificial. Están unidos de tal manera que forman parte de ella. Están alimentados por las raíces de la vid. Así, los que reciben a Cristo por fe llegan a ser uno con él en principio y en acción. Están unidos con él, y la vida que viven es la vida del Hijo de Dios. Ellos derivan su vida de Aquel que es vida. 

Puede repetirse el bautismo una y otra vez, pero en sí mismo no tiene el poder de cambiar el corazón humano. El corazón debe estar unido con el corazón de Cristo, la voluntad debe estar sumergida en su voluntad, la mente debe llegar a ser una con su mente, los pensamientos deben ser reducidos a cautividad a él. . . 

El hombre regenerado mantiene una conexión vital con Cristo. Así como el pámpano obtiene la savia vital de la vid, y lleva mucho fruto debido a esto, también el creyente genuino, unido a Cristo, manifiesta en su vida los frutos del Espíritu. El pámpano se hace uno con la vid; la tormenta no puede arrancarlo; la helada no logra destruir sus propiedades vitales. Nada puede separarlo de la vid. Es una rama viviente que lleva el fruto de la vid. Así ocurre con el creyente. Mediante buenas palabras y buenas acciones revela el carácter de Cristo. . . 

Contemplen todos la perfección qué es su privilegio alcanzar, y háganse la pregunta: ¿Está mi voluntad sumergida en la de Cristo? ¿Pueden verse la plenitud y la riqueza de la Vid Viviente su bondad, su compasión, su misericordia y su amor en mi vida y en mi carácter? 

17 de febrero de 2015



"Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante." 
Efesios 5: 1-2