BIENVENIDOS

"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

16 de diciembre de 2014

UNA GLORIA INDESCRIPTIBLE


"Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre." 
 Filipenses 2: 9,11 

La sabiduría y la gloria del Padre fulguran en su majestad [la de Cristo]. El es sublime y precioso para todos los que creen. Pero su propia gloria personal, ¿quién puede describirla? Viene con su naturaleza divina claramente revelada: él, que fue negado y rechazado por los hombres, que compareció ante el tribunal de Pilato como un criminal. . . 

Cristo es ahora reconocido como el Rey de gloria. "¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!" (Mat. 21: 9). La cuestión de su divinidad ha sido definida para siempre. ¿Dónde están los que mantuvieron atados al Salvador ante el tribunal de Pilato, los que lo hirieron en el rostro, los que lo azotaron, los que introdujeron los clavos en sus manos y pies? ¿los que se mofaron de él, diciendo," a otros salvó, a sí mismo no se puede salvar. . ."? ¿Dónde está el brazo mezquino que se ha de levantar contra él ahora? Ha cambiado la escena. Ante el nombre de Jesús se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará que Jesús es el Cristo, Señor del cielo y de la tierra. . . Los ángeles del cielo se inclinan en adoración ante él. Sus enemigos disciernen el error que han cometido y toda lengua confiesa su divinidad. 

La gloria de la humanidad de Cristo no se dejó ver cuando estuvo en la tierra. Fue considerado un varón de dolores y experimentado en quebranto. Por así decirlo, escondimos de él el rostro. Pero él seguía el sendero del plan que Dios había trazado. La misma humanidad aparece ahora mientras desciende del cielo revestido de gloria, triunfante, sublime. . . 

Su pueblo creyente ha hecho seguros su llamamiento y su elección. Se levantan en la primera resurrección y numerosas voces entonan este canto:" "He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios" (Apoc. 21: 3, 4) (Carta 90, 1898). 

14 de diciembre de 2014

SI CRISTO VINIERA HOY


"Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre." 
Lucas21: 36 

Cristo nos ordena que velemos para que seamos tenidos por dignos de escapar de las cosas que han de sobrevenir en la tierra. Es de la mayor importancia que atendamos esta advertencia. El enemigo de toda justicia sigue tras nuestros pasos, procurando llevarnos al olvido de Dios. 

Debiéramos llenarnos de gozo al pensar en la inminente venida de Cristo. Para los que la amen, él vendrá sin pecado para salvación. Pero si nuestra mente está llena de pensamientos relacionados con cosas terrenales, no podemos aguardar con gozo su venida. 

"Si supiera que Cristo vendrá dentro de unos años", dice uno, "viviría en una forma diferente". Pero si creemos que ha de venir viviremos tan fielmente como si supiéramos que ha de aparecer dentro de pocos años. No podemos ver el fin desde el principio, pero Cristo ha provisto suficiente ayuda para cada día del año. 

Todo lo que tenemos que hacer se refiere al día de hoy. Hoy hemos de ser fieles a nuestro cometido. Hoy hemos de amar a Dios con todo el corazón y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Hoy hemos de resistir las tentaciones del enemigo y obtener el triunfo mediante la gracia de Cristo. Así estaremos velando y esperando la venida de Cristo. Debiéramos vivir cada día como si fuera el último de nuestra existencia en esta tierra. Si supiéramos que Cristo viene mañana, ¿no diríamos hoy todas las palabras bondadosas y realizaríamos todos los actos abnegados que pudiéramos? Deberíamos ser pacientes, gentiles y extremadamente fervorosos, y hacer todo lo posible por ganar almas para Cristo. . . 

Os exhorto a que apartéis vuestros pensamientos de las cosas mundanas y los centréis en las cosas eternas. Cristo ha puesto la vida eterna a vuestro alcance y ha prometido daros ayuda en todo tiempo de necesidad.
 (Manuscrito 11, 1885). 

8 de octubre de 2014

LA VIDA DEL CRISTIANO ESCONDIDA


"El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano." 
Salmos 92: 12

El agotado viajero lucha por avanzar sobre las calientes arenas del desierto, sin protección contra los rayos del sol tropical. El agua le escasea, hasta que no tiene nada con que apagar su ardiente sed. Su lengua se hincha; vacila como un borracho. Ante su mente pasan visiones del hogar y sus seres queridos, y cree estar a punto de perecer. De pronto, a la distancia, ve que surge de la terrible extensión arenosa una palmera, verde y lozana. La esperanza apresura los latidos de su corazón. Sigue adelante, sabiendo que el líquido que imparte vigor y frescura a la palmera, refrescará su sangre afiebrada y le concederá vida renovada. 

Así como la palmera del desierto es guía y consuelo para el viajero a punto de perecer, también el cristiano debe serlo para el mundo. Debe guiar a las almas cansadas, llenas de inquietud y listas para perecer en el desierto del pecado, al agua viva. Debe señalar ante sus semejantes a Aquel que extiende a todos la invitación: "Si alguno tiene sed, venga a mí y beba". 

El cielo puede ser como el bronce, la quemante arena puede amontonarse entre las raíces de la palmera y contra su tronco; sin embargo, el árbol continúa viviendo, sano y vigoroso. Si quitamos la arena, podremos descubrir el secreto de su vida; sus raíces se han hundido profundamente, hasta alcanzar el agua escondida en la tierra. 

Así sucede en el caso del cristiano. Su vida está escondida con Cristo en Dios. Jesús es para él un pozo de agua que mana para vida eterna. Su fe, como las raíces de la palmera, penetra por debajo de las cosas que se ven, y obtiene vida de la Fuente de vida. Entre la corrupción del mundo, se mantiene verdadero y leal a Dios. La dulce influencia de la justicia de Cristo lo rodea. Su influencia eleva y bendice. 

Los más humildes y pobres de entre los discípulos de Jesús, pueden ser bendición para sus semejantes. Quizás no se den cuenta de que están llevando a cabo algún bien especial, pero su influencia inconsciente esparce ondas de bendición que se hacen cada vez más amplias y profundas, y nunca conocerán los benditos resultados hasta el día de la recompensa final. No se requiere de ellos que se agoten pensando con ansiedad acerca del éxito. Todo lo que deben hacer es avanzar calladamente, llevando a cabo con fidelidad la obra que la providencia de Dios les asigne, y su vida no será en vano. Sus propias almas se acercarán más y más a la semejanza de Cristo; son obreros junto con Dios en esta vida, y de este modo se están preparando para la obra más elevada y el gozo sin sombras de la vida venidera.- Signs of the Times , 6 de agosto, 1902. 

29 de septiembre de 2014

CONFORMIDAD CON LA VOLUNTAD DE DIOS


"La mujer agraciada tendrá honra." 
Proverbios 11:16 

Quizá a usted nunca le pidan que haga un trabajo que le requiera estar delante del público. Pero cualquier trabajo que necesite ser hecho tiene su importancia moral: lavar platos, poner la mesa, cuidar a los enfermos, cocinar o lavar; y mientras usted sea incapaz de realizar estos deberes alegremente no estará capacitada para emprender deberes más elevados. Alguien debe llevar a cabo las tareas comunes; y los que las hagan deben sentir que realizan una obra necesaria y honorable, que por humilde que sea su misión, realizan un trabajo para Dios tan ciertamente como el ángel Gabriel cuando era enviado a los profetas. En sus respectivas esferas, todos trabajan en el orden que les corresponde. La mujer en el hogar, que cumple con los deberes sencillos de la vida que demandan atención, puede y debe exhibir fidelidad, obediencia y amor tan sinceros como los ángeles en su esfera. La conformidad con la voluntad de Dios hace que cualquier trabajo necesario sea honorable. . . 

Estamos en la tierra, no en el cielo. Cuando lleguemos al cielo, entonces estaremos calificados para realizar las elevadas tareas del cielo. Es aquí en este mundo donde nos corresponde ser probados. . . 

El deber más elevado que les toca cumplir a los jóvenes se encuentra en sus propios hogares, siendo una bendición para sus padres y hermanos, al demostrarles afecto e interés genuino. En la solicitud que muestren al trabajar por otros, darán evidencia de su propia abnegación y olvido de sí mismos. Este trabajo nunca degradará a la mujer. Es la tarea más sagrada y elevada que jamás pueda realizar. ¡Qué tremenda influencia puede ejercer una hermana sobre sus hermanos! Si es correcta, puede determinar el carácter de sus hermanos. Sus oraciones, su delicadeza y su afecto deben hacer mucho en favor de la familia. . . Pero estas nobles cualidades nunca podrán ser comunicadas a otras mentes a menos que existan primero en la suya. Ese contentamiento de la mente, ese afecto y delicadeza, y esa luminosidad del temperamento alcanzará a cada corazón, y reflejará sobre usted lo mismo que su corazón imparte a los demás. Si Cristo no mora en el corazón, se producirá descontento y deformidad moral. El egoísmo exigirá de los demás lo mismo que no estamos dispuestos a darles. Si Cristo no está presente en el corazón, el carácter será desagradable. 

No son únicamente las grandes batallas y las tareas importantes lo que prueba el alma y exige valor. La vida cotidiana viene acompañada de sus perplejidades, pruebas y desalientos. Es el trabajo humilde lo que frecuentemente demanda paciencia y fortaleza. Se necesitarán confianza y determinación para hacerle frente a todas las dificultades y vencerlas. Asegúrese de que el Señor está con usted en cada lugar, para que sea su consuelo y aliento.
Testimonios t. 3, págs. 79-81. 

25 de septiembre de 2014

JESÚS ILUMINA NUESTRO CAMINO


"Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros." 
1 Pedro 5: 7 

No llevéis vuestras pruebas a otros seres humanos. Llevadlas al Señor. Podéis pensar que otros deben simpatizar con vosotros en vuestras pruebas, pero algunas veces seréis chasqueados. Jesús nunca defrauda al que viene a él por ayuda. El os dice hoy:" "Venid a mí. . . y yo os haré descansar" (Mateo 11: 28). En él os dará descanso. Nadie que venga a él se va 

sin ser ayudado. Llevad vuestras cargas al divino Portador de las cargas y dejadlas con él, sabiendo que las llevará por vosotros, El es el Cristo, el Único que lleva los pecados del mundo. Os tomará bajo su vigilante cuidado, pues os ama. . . 

Haced vuestra parte en ayudaros a vosotros mismos, como todos tienen que hacer para que puedan ser bendecidos. No os detengáis en las penalidades de la vida cristiana. No habléis de vuestras pruebas. . . No pronunciéis una palabra desalentadora, pues tales palabras agradan a Satanás. Hablad de la bondad de Dios y contad de su poder. Las palabras de esperanza y confianza y valor son tan fáciles de pronunciar como las de queja. 

Cuando el enemigo os diga que el Señor os ha abandonado, decidle que sabéis que no lo ha hecho, pues declara: "No te desampararé, ni te dejaré" (Hebreos 13: 5). Despedid al enemigo. Decidle que no deshonraréis al Señor al dudar de su amor. . . 

No hay límite a la ayuda que el Salvador está dispuesto a concedernos. El nos invita a llevar en nuestras vidas la gracia que nos guardará del pecado. Desde la cruz del Calvario nos llega libertad, esperanza y fortaleza. No deshonréis a vuestro Redentor dudando de su poder. Confiad en él siempre. Apoderaos de las riquezas de su gracia, diciendo: "Creeré, creo que Jesús murió por mí". El camino ante vosotros puede parecer oscuro pero Jesús puede hacerlo luminoso. 

Gozaos en Dios, Cristo es luz, y en él no hay tinieblas. Mirad hacia la luz. Acostumbraos a expresar alabanzas a Dios. Haced felices a otros. En esto consiste vuestra obra... De mañana, al mediodía y en la noche vuestros corazones pueden ser llenados con los brillantes rayos de la luz del cielo. 
(Review and Herald, 7 de abril, 1904). 

24 de septiembre de 2014

LAS NUBES PASARÁN


"El corazón alegre hermosea el rostro; mas por el dolor del corazón el espíritu se abate." 
Proverbios 15:13

El dolor viene y se va, ésa es la suerte del hombre; deberíamos no tratar de agrandarlo, sino más bien detenernos en lo que es brillante y placentero. Cuando el invierno extiende su cobertura de hielo sobre la tierra, no permitimos que nuestra alegría se hiele con las flores y los arroyos, y continuamente nos lamentamos a causa de los días tristes y los vientos fríos. Por el contrario, penetramos hacia adelante con la imaginación en el próximo verano, con su calor, vida y belleza. . . 

Ahora mismo una nube ha ocultado de nuestra vista los brillantes rayos del sol y quedamos en la sombra. ¿Deberíamos irritarnos y quejamos por eso y olvidar todo lo que es brillante y hermoso a nuestro alrededor? No; deberíamos olvidar la nube y recordar que el sol no ha sido aniquilado, sino que ha velado su rostro solamente por un momento.

Dios no se complace en que tengamos que pasar nuestras vidas en el desaliento y la melancolía, magnificando cada prueba que nos llega. Al hacerlo, no solamente nos afligimos, sino que ensombrecemos la felicidad de aquellos que nos rodean. No deberíamos escudriñar las oscuras sombras de la experiencia de nuestra vida ni detenernos en ellas, sino más bien abrir los ojos y estimular los sentidos para ver y apreciar las muchas bendiciones que nos circundan, las cuales deberían hacernos no solamente agradecidos sino muy felices. 

Es la voluntad de Dios que seamos alegres. . . Aquellos que se relacionan con nosotros son afectados para bien o para mal por nuestras palabras y acciones. Estamos inconscientemente difundiendo la fragancia de nuestro carácter en la atmósfera moral que nos circunda, o estamos envenenando esa atmósfera con pensamientos, palabras y hechos que tienen una influencia deletérea sobre aquellos con quienes nos asociamos. "Nadie vive para sí" (Discurso de la Sra. White a los pacientes del Sanatorio en Goguac Lake; folleto de 1878, págs. 23-25)

22 de septiembre de 2014

EN LA HORA DEL DOLOR


"Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres."
Lamentaciones 3: 32, 33

Este mundo "Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito" (Nota: * es el escenario de nuestras pruebas, nuestros dolores, nuestros pesares. Estamos aquí para soportar la prueba de Dios. El fuego del horno debe avivarse hasta que nuestra escoria sea consumida y salgamos como oro purificado en el horno de la aflicción. . . Saldrá luz de estas tinieblas que a veces a Ud. le parecen incomprensibles. "Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito" (Job 1: 21). Sea éste el lenguaje de su corazón. La nube de misericordia se cierne sobre su cabeza aun en la hora más oscura. Los beneficios de Dios para nosotros son tan numerosos como las gotas de lluvia que caen de las nubes a la tierra reseca para regarla y refrescarla. La misericordia de Dios está sobre Ud.) 

María, esa querida y preciosa niña, descansa. Ella fue la compañera de sus dolores y sus frustradas esperanzas. No tendrá más aflicción o necesidad o angustia. Mediante el ojo de la fe Ud. puede anticipar, en medio de sus dolores y angustias y perplejidades, que su María con su madre y otros miembros de su familia responderán al llamamiento del Dador de la vida y saldrán de su cárcel triunfando sobre la muerte y la tumba. Su fe puede ver a los seres amados y a los perdidos reunidos entre los redimidos de la tierra. Ud., antes de mucho, si es fiel, estará caminando con ellos por las calles de la Nueva Jerusalén, cantando el cántico de Moisés y del Cordero, llevando la enjoyada corona. . . 

Si pudieran sus ojos ser abiertos, vería a su Padre celestial inclinado sobre Ud. en amor, y si pudiera escuchar su voz, seria en tonos de compasión hacia Ud. que está postrado por el sufrimiento y la aflicción (Carta 71, 1878)

20 de septiembre de 2014

CUANDO LA FE ES PROBADA


"Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo."
1 Pedro l: 7 

Cuando somos conducidos a circunstancias adversas. . . nuestra fe es probada; entonces debemos manifestar la mansedumbre y la dulzura de Cristo. Ni por una palabra debemos dar expresión a los sentimientos del corazón natural. " "Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo" (Santiago 3: 2): es el hombre íntegro. Lo que necesitamos es estar bajo el control de Jesús. No necesitamos hacer nuestra voluntad. He escuchado a algunos argumentar como una excusa por su proceder equivocado: "Ud. sabe que así es mi temperamento, ésa es mi disposición, que heredé de mis padres". Sí, y ellos la han cultivado, y se han educado en ella, y así disculpan todo su mal proceder. En vez de ceder a la tentación deberían apoyarse en el brazo del Poder Infinito, diciendo: "Iré a Dios tal como soy y le pediré con Cristo que me dé la victoria. Seré más que vencedor por medio de aquel que me amó". 

Miremos al Calvario a fin de comprender cuán grande es el amor que Cristo tiene por nosotros. Entonces conoceremos algo de la profundidad, la anchura, y la altura de ese amor; y veremos algo de la condescendencia de Dios y del Señor Jesucristo, cómo paso a paso el Salvador descendió al valle de humillación. El no condescendió a pecar, a la contaminación, sino mantuvo en este átomo de mundo la batalla con Satanás y su hueste, y aquí ganó para nosotros una herencia inmortal. . . 

Cuando ascendió a lo alto y llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres, dejó la batalla en nuestras manos, pero no tenemos que luchar con nuestro propio poder, fracasaríamos si lo intentásemos. Cristo está presente con el Padre para traer en nuestra ayuda las inteligencias invisibles, los ángeles de Dios. Lo que necesitamos es la sencillez de la fe, la mansedumbre y la humildad de Cristo.
 (Review and Herald, 8 de marzo, 1892). 

19 de septiembre de 2014

FORTALEZA PARA HOY


"Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo te oiré, y diré. Pueblo mío; y él dirá Jehová es mi Dios."
Zacarías 13: 9

Por la prueba el Señor examina la fortaleza de sus hijos. ¿Está fuerte el corazón para soportar? ¿Está la conciencia libre de ofensa? ¿Tolera el Espíritu el testimonio de nuestro espíritu de que nosotros somos los hijos de Dios? Esto averigua el Señor probándonos. En el horno de la aflicción nos purifica de toda escoria. Nos envía pruebas, no para causar dolor innecesario, sino para llevarnos a contemplarle, para fortalecer nuestra paciencia, para enseñarnos que si no nos rebelamos, sino ponemos nuestra confianza en él, veremos su salvación. . . 

El amor de Cristo por sus hijos es tan fuerte como tierno. Es un amor más fuerte que la muerte, pues él murió por nosotros. Es un amor más verdadero que el de una madre por sus hijos. El amor de la madre puede cambiar, pero el amor de Cristo es inmutable. "Por lo cual estoy seguro", dice Pablo," "de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 8: 38, 39)

En cada prueba tenemos consolación eficaz. ¿No se conmueve nuestro Salvador al comprender nuestras debilidades? ¿No ha sido tentado en todo como nosotros? ¿Y no nos ha invitado a llevarle cada prueba y perplejidad? Entonces no nos aflijamos por las cargas de mañana. Valerosa y alegremente llevemos las cargas de hoy. Hoy tenemos que tener confianza y fe. No estamos invitados a vivir más que un día a la vez. Quien da fortaleza para hoy, dará fortaleza para mañana. . . 

Nada hiere tanto el alma como los agudos dardos de la incredulidad. Cuando la prueba viene, como indudablemente vendrá, no os angustiéis o lamentéis. El silencio en el alma hace más clara la voz de Dios." "Luego se alegran, porque se apaciguaron" "(Sal. 107: 30). Recordad que debajo de vosotros están los brazos eternos (Signs of the Times, 5 de noviembre, 1902). 

18 de septiembre de 2014

NO DISPENSADOS DEL SUFRIMIENTO


"Por lo cual, por amar a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte."
2 Corintios 12: 10

El cristianismo no promete exención del dolor." "Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios" "(Hechos 14:22). Se necesita fe fuerte, fe confiada, que crea que Dios no conducirá a sus hijos a ninguna tentación mayor que la que pueden soportar. Lo que una fe tal tiene poder para hacer lo dice Pablo en su carta a los hebreos. Hablando de aquellos que frente a la persecución y la muerte, habían mantenido una confianza inconmovible en Dios, dice: 

"Que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados" "(Hebreos 11: 33-37). 

En este mundo, esos héroes de la fe fueron considerados indignos de la vida; pero en el cielo están registrados como hijos de Dios, dignos del más alto honor. " "Andarán conmigo en vestiduras blancas", "declara Cristo", "porque son dignos" (Apocalipsis 3:4). En las cortes celestiales les espera un "eterno peso de gloria". 

"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe" "(Hebreos 12: 1, 2). 

"Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, que son eternas" (2 Corintios 4:17, 18) (Review and Herald, 7 de marzo, 1912)

16 de septiembre de 2014

PRUEBAS A LO LARGO DE TODO EL CAMINO


"No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de su corrección; porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere."
Proverbios 3: 11, 12

Dios lleva a los hombres a los lugares de prueba para ver si confiarán en un poder más allá y por encima de ellos mismos. El no mira como el hombre mira. A menudo tiene que desmenuzar las relaciones humanas y cambiar el orden que el hombre ha planeado, el cual es perfecto en la opinión del hombre. Lo que el hombre piensa que es para su provecho espiritual y temporal puede estar enteramente en desacuerdo con la experiencia que él debe tener a fin de ser un seguidor de Cristo. Su idea de su propio valor puede estar muy descaminada. 

Las pruebas están colocadas a lo largo de todo el camino de la tierra al cielo. Por eso el camino al cielo es llamado el camino angosto. El carácter tiene que ser probado, de lo contrario habría muchos cristianos espurios que mantendrían una limpia apariencia de religión hasta que sus inclinaciones, sus deseos para hacer su propia voluntad, su orgullo y ambición, fueran contrariados. Cuando, por la autorización del Señor, experimentan pruebas severas, su falta de religión genuina, de la mansedumbre y humildad de Cristo, revela que necesitan la obra del Espíritu Santo. 

El mandamiento de Cristo:" "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame" (Lucas 9: 23), es la piedra de toque que revela la calidad de la experiencia. Cuando las inclinaciones o las esperanzas ambiciosas de un hombre son contrariadas, muestra el espíritu que lo gobierna. . . 

[Cristo] invita a todos a tomar su yugo y aprender de su mansedumbre y humildad. . . Ni uno, sean las que fueren sus supuestas habilidades, puede soportar el examen de la prueba a menos que sea un estudiante en la escuela de Cristo. El verdadero cristiano ora:" "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno" (Salmos 139: 23, 24) (Review and Herald, 23 de octubre, 1900). 

12 de septiembre de 2014

NINGUNO NECESITA SER VENCIDO


"Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman."
Santiago 1: 12

Cuando las pruebas vienen sobre nuestras vidas, cuando las nubes oscurecen el horizonte, cuán pronto olvidamos que Jesús es nuestro Salvador, que detrás de las nubes está brillando el Sol de Justicia, que los ángeles están muy cerca de nosotros, preservándonos del mal. Yo deseo decir al desesperado: Mira y vive. Espera en Dios, pues sobre la cruz del Calvario fue ofrecido un completo sacrificio por ti. Jesús es el Amigo del pecador, el Redentor del pecador. Eterna alegría, una vida de felicidad sin mengua, aguarda a quien entrega todo a Cristo. Vuelve los ojos de ti mismo a Jesús, quien está intercediendo ante el trono de Dios en tu favor. Escucha sus palabras, "Venid a mí, y yo os haré descansar". "Y al que a mí viene, no le echo fuera" (Mateo 11: 28; Juan 6: 37). Apodérate de las promesas de Dios con la mano de la fe. Aprópiate de esas bendiciones para ti mismo, no en algún tiempo futuro, sino hoy. 

La tentación más fuerte no puede excusar el pecado. No importa cuán grande sea la presión ejercida sobre el alma, la transgresión es un acto nuestro. No hay poder de la tierra o del infierno que obligue a nadie a hacer el mal. Satanás nos ataca en nuestros puntos más débiles, pero no necesitamos ser vencidos. Aunque el ataque sea severo o inesperado, Dios ha provisto ayuda para nosotros y en su fortaleza podemos vencer. En la hora de la mayor necesidad, cuando el desánimo abruma el alma, entonces Jesús viene muy cerca. La hora de la necesidad del hombre es la oportunidad de Dios. El ve nuestro peligro y nos proporciona ayuda. Invisible para nosotros, nos salva del enemigo. Alabémosle en todo tiempo. . . 

No penséis que cuando camináis con Jesús debéis hacerlo en la sombra. La gente más feliz del mundo es aquella que confía en Jesús y cumple sus órdenes alegremente. El es la luz de la vida. El desasosiego y el descontento están desterrados de las vidas de los que le siguen. Con un corazón rebosante repiten las palabras del sabio:" "Sus caminos [de la Sabiduría] son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz" (Proverbios 3: 17) (Review and Herald, 18 de abril, 1907). 

10 de septiembre de 2014

UNA VOLUNTAD FIRME ES ESCENCIAL PARA LA VICTORIA


"Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado."
Hebreos 12: 4

En cada época, desde la caída de Adán, la oposición de las agencias del mal ha hecho una guerra continua de las vidas de quienes desean ser leales y fieles a los mandamientos de Dios. Quienes desean ser finalmente victoriosos, deben enfrentar y vencer a las fuerzas de Satanás, quien con fiera determinación se opone a cada paso de avance. Tienen que hacer frente a un enemigo vigilante, a un enemigo astuto que nunca duerme y que trata incansablemente de minar la fe de los siervos de Dios e inducirles a llevar a cabo los planes de su hechura [de Satanás].

El bien y el mal nunca armonizan. Entre la luz y las tinieblas no puede haber componendas. La verdad es luz revelada; el error es oscuridad. . . 

Ojalá pudiera trazar palabras que presentaran este asunto tal como es. Dios espera que sus soldados estén siempre en el puesto del deber. Que nunca cedan a la tentación, que nunca sean injustos. Que no se rindan ni huyan. Confiando en el poder de Dios deben mantener su integridad. Con una firmeza que no cederá una pulgada, deben aferrarse bien a la palabra: "Escrito está". 

Tengamos presente que estamos en terreno ventajoso puesto que Cristo ha vencido en nuestro favor. Ha hecho completa provisión para que podamos vencer. El poder divino se coloca detrás de toda voluntad resueltamente determinada a hacer lo recto. Dios ha provisto la armadura, y las armas con las cuales cada uno tiene que combatir. Vístanse los soldados de Cristo toda la armadura de Dios y no vacilen frente a los ataques de Satanás. . . El éxito en la lucha cristiana significa vigilancia y una diaria crucifixión del yo. 

El que se guía por principios puros y santos discernirá rápidamente la más leve mancha de mal debido a que conserva a Cristo delante de sí como modelo. Su profundo remordimiento al descubrir un acto equivocado significa la corrección pronta de todo paso en donde él se ha apartado de la verdad (Manuscrito 82, 1900). 

25 de agosto de 2014

GRACIA QUE DEBEMOS FOMENTAR


"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley"
Gálatas 5: 22, 23

Aquí se expone la verdadera causa por la cual debemos trabajar: "Pero el fruto del Espíritu es amor". Si tenemos el amor de Cristo en nuestras almas, será una natural consecuencia que poseamos todas las otras gracias: gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza y "contra tales cosas no hay ley". La ley de Dios no condena ni mantiene en servidumbre a los que tienen estas gracias, porque ellos están obedeciendo los requerimientos de la ley de Dios. Son observadores de la ley y, por lo tanto, no están bajo el yugo de la ley. . . 

Debemos tener amor. Y unido a esto están el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad. Vemos el desasosiego del mundo y su insatisfacción. Desean algo que no tienen. Anhelan algo para mantener un estímulo, o algo para divertirse. Pero para el cristiano hay gozo, hay paz, benignidad, bondad, mansedumbre, paciencia; y a estas cosas necesitamos abrir las puertas de nuestro corazón, fomentando las gracias espirituales del Espíritu de Dios. . . Nadie puede hacer esto para otro. Usted puede ponerse a trabajar y conseguir las gracias del Espíritu. Pero eso no sirve para mí. . . Cada uno, individualmente, debe ponerse a trabajar y determinar por medio de esfuerzos personales el tener la gracia de Dios en el corazón. Yo no puedo modelar un carácter para usted, ni usted puede hacerlo por mí. Es una carga que descansa sobre cada uno individualmente, joven o viejo (Review and Herald, 4 de enero, 1887). 

Cristo dijo:" "Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre" (Isaías13: 12). ¿Cómo? Por el cultivo de las gracias del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, mansedumbre, templanza, fe. Queremos la fe viviente que se aferra del poderoso brazo de Jehová. . . 
todos nosotros necesitamos las gracias del Espíritu en el corazón. (Id., 21 de diciembre, 1886). 

2 de agosto de 2014

COMPRADOS CON SANGRE


"Reconoced que Jehová es Dios; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado." 
Salmos 100: 3

Dios ha creado al hombre y le ha dado todas sus facultades de cuerpo, alma y espíritu. El Señor Jesús lo ha comprado con un precio tan pleno, tan amplio, como para que no pudiera haber competencia. ¿Qué puede ofrecer el hombre a Dios que no sea ya propiedad del Señor? Dios dio las facultades y cada operación de ellas pertenece a Dios. Eso significa que vuestra experiencia, de principio a fin, ha de estar íntimamente unida con Cristo. El aprender las lecciones de mansedumbre y humildad de corazón os hace participantes de los sufrimientos de Cristo y os hace apreciar las virtudes de la vida de Cristo. 

Haya una oración constante: Guárdame con tu poder, no resbalen mis pies; no se llene mi corazón de planes ambiciosos para exaltarme. . . Enséñame a practicar el arte de vaciarme de mí mismo a fin de recibir la gracia de Cristo y de poseer ese amor que Cristo oró que yo tuviese, "como yo os he amado" (Juan 13: 34). Debe recibir gracia para impartir a otros esa gracia. Oh, concede a mi alma una gran proximidad a Dios a fin de recibir su disposición, para amar a mis hermanos. Ayúdame, ¡oh Señor!, para comprender que por mí mismo no puedo hacer nada de una orientación verdadera y pura. El yo, el yo, estará continuamente activo buscando reconocimiento aun en las actividades santísimas.

Nuestra obra individual ha de copiar el carácter de Cristo, quien dio su vida para que nos fuera posible hacer esto. ¿Daremos la evidencia al mundo de que somos hijos de Dios, comprados por precio y que estamos dando frutos en el habla, en el tono de la voz y en la bondad del amor redentor, demostrando lo que significa guardar los mandamientos de Dios?

La gracia dada le costó al cielo un precio que es imposible que midamos. Esa gracia es nuestro tesoro más preciado, y Cristo quiere que se comunique mediante nosotros. Es sagrada, en el nombre de Jesús, para la salvación del alma. Es la revelación del honor de Dios, un despliegue de su gloria. (Manuscrito 182, 1903). 

27 de junio de 2014

NO SEAMOS ENANOS ESPIRITUALES


"Antes bien, creed en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén." 
2 Pedro 3: 18 

Una experiencia cristiana genuina se desarrolla día tras día, trayendo a su poseedor nueva fuerza y resolución y llevándolo al crecimiento constante en la vida espiritual. Pero el mundo cristiano abunda en catedráticos de religión que son apenas enanos religiosos. Muchos parecen haberse graduado tan pronto como aprendieron los rudimentos de la fe cristiana. No crecen en gracia o en el conocimiento de la verdad. No hacen nada por sus medios o por su influencia, para edificar la causa de Dios. Son zánganos en la colmena. Este grupo no permanecerá mucho tiempo donde está. Será convertido y avanzará, o retrocederá. . . 

Para cumplir con las exigencias de Dios tendréis que hacer un esfuerzo personal, y en esta obra necesitáis los recursos de una experiencia cristiana siempre creciente. Vuestra fe debe ser fuerte, vuestra consagración completa, vuestro amor puro y sincero, vuestro celo ardiente, incansable, vuestro ánimo resuelto, vuestra paciencia infatigable, vuestra esperanza brillante (Review and Herald, 8 de enero, 1884)

Los peligros de los últimos días probarán la genuinidad de nuestra fe. . . Las poderosas oleadas de la tentación se abatirán sobre todos, y a menos que estén asegurados en la Roca eterna, serán barridos. No penséis que podéis estar a salvo llevados por la corriente. Si lo hacéis, seguramente seréis la presa impotente de los artificios de Satanás. Mediante la investigación diligente de las Escrituras y la ferviente oración en busca de la ayuda divina, preparad el alma para resistir la tentación. El Señor oirá la sincera oración del alma contrita y levantará por vosotros un estandarte contra el enemigo. Pero seréis probados; vuestra fe, vuestro amor, vuestra paciencia y vuestra constancia serán probados. 

"Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe" (1 Juan 5: 4)
 (Ibíd.). 

31 de mayo de 2014

BENDICIONES ILIMITADAS


"Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios."
Colosenses 1: 10

Estudiemos la oración de Pablo por sus hermanos colosenses. "Por lo cual también nosotros", escribió, "desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo". 

¡Cuán completa es esta oración! No hay límites a las bendiciones que es nuestro privilegio recibir. Podemos estar "llenos del conocimiento de su voluntad". El Espíritu Santo nunca le habría inspirado a Pablo a hacer esta oración en favor de sus hermanos si no hubiese sido posible para ellos recibir una respuesta de Dios de acuerdo con lo pedido... 

A la iglesia de Efeso escribió Pablo: "Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos" (Efesios3: 14-21). 

Aquí se presentan las posibilidades de la vida cristiana. ¡Cuán lejos de esta norma se encuentra la iglesia de hoy!
 (Carta 179, 1902). 

30 de mayo de 2014

PESADOS EN BALANZA


"Porque el Dios de todo saber es Jehová, y a él toca el pesar las acciones." 
1 Sam. 2: 3 

Dios es un Dios de saber. En su Palabra está representado como pesando a los hombres, el desarrollo de su carácter y todos sus motivos, ya sean buenos o malos.. . 

Está en el interés eterno de cada uno investigar su propio corazón y aumentar toda facultad dada por Dios. Recuerden todos que no hay motivo en el corazón de ningún hombre que el Señor no vea con toda claridad. Los motivos de cada uno son pesados tan cuidadosamente como si el destino del instrumento humano dependiera sólo de eso... No hay designio, por más intrincado que sea, o motivo, por más oculto que esté, que él no pueda entender claramente. Lee las intenciones secretas de cada corazón. Los hombres pueden planear acciones torcidas para el futuro, pensando que Dios no comprende; pero en ese gran día cuando se abran los libros y cada hombre sea juzgado según las cosas escritas en ellos, esas acciones aparecerán tales como son.
Hay muchos que no tienen en cuenta las palabras: "Tekel: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto" (Dan. 5 :27). La santa, eterna e inmutable ley de Dios es la norma por la cual será probado el hombre. Esta ley define lo que debemos y lo que no debemos hacer... Esta ley está resumida en dos grandes principios: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo" (Lucas 10: 27).

¡Oh, cuán pocos estarán preparados para enfrentar la ley de Dios en el gran día del juicio! ... Somos iluminados por los preceptos de la ley, pero ninguna persona puede ser justificada por ellos. La inscripción que llevamos por naturaleza es: pesado has sido y fuiste hallado falto. El hombre, pesado en la santa ley de Dios, es hallado falto. Pero Cristo es nuestro Mediador, y aceptándolo como nuestro Salvador podemos reclamar la promesa: "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo" Romanos 5: 1.
 (Review and Herald, 8 de marzo, 1906). 

29 de mayo de 2014

¿QUÉ ESTÁ ESCRITO EN LA LEY?


"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo."  
Lucas 10: 27

Entre los judíos la pregunta: "¿Quién es mi prójimo?" causaba interminables disputas. No tenían dudas con respecto a los paganos y los samaritanos. Estos eran extranjeros y enemigos. ¿Pero dónde debía hacerse la distinción entre el pueblo de su propia nación y entre las diferentes clases de la sociedad? ¿A quién debía, el sacerdote, el rabino, el anciano, considerar como su prójimo?. . . 

Cristo contestó esta pregunta en la parábola del buen samaritano. Mostró que nuestro prójimo no significa una persona de la misma iglesia o la misma fe a la cual pertenecemos. No tiene que ver con la raza, el color o la distinción de clase. Nuestro prójimo es toda persona que necesita nuestra ayuda. Nuestro prójimo es toda alma que está herida y magullada por el adversario. Nuestro prójimo es todo el que pertenece a Dios. 

La parábola del buen samaritano fue motivada por una pregunta que le hizo a Cristo un doctor de la ley. Mientras el Salvador estaba enseñando, "un doctor de la ley se levantó, tentándole y diciendo: Maestro, ¿haciendo qué cosa poseeré la vida eterna?" Los fariseos habían sugerido esta pregunta al doctor de la ley, con la esperanza de que pudieran entrampar a Cristo en sus palabras, y escucharon ávidamente para ver qué respondería. Pero el Salvador no entró en controversias. Le exigió la contestación al mismo que había preguntado. "¿Qué está escrito en la ley? -le interrogó-. ¿Cómo lees?" Los judíos todavía acusaban a Cristo de considerar livianamente la ley dada desde el Sinaí, pero él volvió la pregunta referente a la salvación hacia la observancia de los mandamientos de Dios... 

El doctor de la ley no estaba satisfecho con la posición y las obras de los fariseos. Había estado estudiando las Escrituras con el deseo de conocer su verdadero significado. Tenía interés vital en el asunto, y preguntó sinceramente: "¿Haciendo qué cosa?" En su contestación referente a los requisitos de la ley, él pasó por alto todo el cúmulo de preceptos ceremoniales y rituales. A éstos no les atribuyó ningún valor, pero presentó los dos grandes principios de los cuales depende toda la ley y los profetas. La alabanza que hizo el Salvador de esta respuesta colocó a Cristo en una situación ventajosa con respecto a los rabinos. No podían condenarlo por sancionar lo que había sido presentado por un expositor de la ley. 

"Haz esto y vivirás", dijo Cristo. En su enseñanza, siempre presentaba la ley como una unidad divina, mostrando que es imposible guardar un precepto y violar otro; porque el mismo principio los enlaza a todos. El destino del hombre quedará determinado por su obediencia a toda la ley.
Palabras de vida del gran Maestro , págs. 310-311. 

22 de mayo de 2014

¿LEALES A DIOS Ó A LOS HOMBRES?


"Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres."
Hechos 5: 29

Daniel y sus compañeros tenían una conciencia sin ofensa contra Dios. Pero esto no se logra sin lucha. ¡Qué prueba significó para los tres amigos de Daniel la orden de adorar la gran imagen instalada por el rey Nabucodonosor en la llanura de Dura! Sus principios les prohibían rendir homenaje al ídolo, porque era un rival del Dios del cielo. Sabían que le debían a Dios toda facultad que poseían, y aunque sus corazones estaban llenos de generosa simpatía hacia todos los hombres, tenían la elevada aspiración de mantenerse enteramente leales a su Dios... 

El rey declaró a los tres jóvenes hebreos:" "¿Estáis dispuestos para que... os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorarais, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?" "Los jóvenes dijeron al rey: "No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado" Daniel 3: 15-18.
Esos jóvenes fieles fueron echados al fuego, pero Dios manifestó su poder para librar a sus siervos. Uno semejante al Hijo de Dios caminaba con ellos en medio de las llamas, y cuando salieron, ni aún el olor del fuego los había tocado... 

Así estos jóvenes, imbuidos del Espíritu Santo, declararon a toda la nación su fe de que el que ellos adoraban era el único Dios verdadero y viviente.. . Para impresionar a los idólatras con el poder y la grandeza del Dios viviente, sus siervos deben mostrar su reverencia hacia Dios. Deben manifestar que él es el único objeto de su honra y adoración y que... ni aun la preservación de su misma vida podrá inducirles a hacer la menor concesión a la idolatría. Estas lecciones tienen un significado directo y vital para nuestra experiencia, en estos días finales.
 (Manuscrito 16, 1896). 

21 de mayo de 2014

LA NORMA MÁS ELEVADA


"Porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados."
 Romanos 2: 13

En las vidas de muchas personas cuyos nombres están en los registros de la iglesia no ha habido un cambio genuino. La verdad ha sido dejada en el atrio exterior. No ha habido conversión genuina, la gracia no ha realizado ninguna obra positiva en el corazón. Su deseo de hacer la voluntad de Dios está basado en su propia inclinación, no en la profunda convicción del Espíritu Santo. Su conducta no ha sido puesta en armonía con la ley de Dios.

El que quiere edificar un carácter vigoroso y simétrico debe entregarlo todo a Cristo y hacerlo todo por él. El Redentor no acepta un servicio dividido. Diariamente debe aprender el significado de la entrega del yo. Debe estudiar la Palabra de Dios descubriendo su significado y obedeciendo sus preceptos. Así podrá alcanzar la norma más elevada de la excelencia cristiana. No hay límite para el avance espiritual que puede hacer si participa de la naturaleza divina. Día tras día Dios obra en él perfeccionando el carácter que deberá soportar el día final de prueba. Cada día de su vida ministra a los demás. La luz que está en él brilla y acalla las lenguas mordaces. Día tras día está realizando delante de los hombres y de los ángeles un vasto y sublime experimento, mostrando lo que puede hacer el Evangelio por los seres humanos caídos. 

No nos escatimemos a nosotros mismos sino llevemos adelante con fervor la obra de reforma que debe ser hecha en nuestras vidas. Crucifiquemos el yo. Los hábitos no santificados querrán imponerse, pero en el nombre y mediante el poder de Jesús podemos vencer.. . Dios mismo es "el que justifica al que es de la fe de Jesús" (Rom. 3: 26). " Y "a los que justificó, a éstos también glorificó" "(Rom. 8: 30). A los seres humanos que están luchando para conformarse a la imagen divina, se les imparte una medida de los tesoros celestiales, una excelencia de poder que los colocará más alto que los ángeles que nunca cayeron.
 (Review and Herald, 7 de julio, 1904). 

18 de mayo de 2014

PODER SANTIFICADOR


"Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad." 
Juan 17: 17

La verdad que profesamos no será de ningún valor a menos que seamos santificados por ella... Mientras el error está imperando en forma tan notable en nuestro país, necesitamos conocer qué es verdad porque no podemos ser santificados por el error. Cuanto mejor entendamos la verdad tal como está en la Palabra de Dios, tanto mejor sabremos cómo santificar nuestras vidas por la Palabra de Dios. 

Estamos en este mundo como quienes están puestos a prueba y Dios nos está probando dándonos la oportunidad de obedecer su verdad. Es algo muy solemne vivir en esta época, y no deberíamos estar satisfechos a menos que tuviéramos una conexión viviente con el Dios del cielo; deberíamos sentirnos responsables ante él por cada día de nuestra vida. .. 

Podremos oír voces a nuestro alrededor que tratarán de alejarnos de la verdad, pero si tenemos en cuenta solamente la gloria de Dios y estamos luchando para hacer su voluntad, oiremos su voz y sabremos que es la voz del Buen Pastor. Es muy importante que entendamos la voz que nos habla... 

Hay tentaciones que vendrán a cada uno de nosotros. Todos tenemos temperamentos diferentes que vencer; ¿y cómo sabremos que estamos haciendo su obra día tras día? Debemos mirarnos en el espejo -la santa ley de Dios- y allí descubrir los defectos de nuestros caracteres. Es algo muy difícil entenderse a sí mismo. Debemos examinar cuidadosamente si no hay algo que debe ser dejado a un lado, y después de que nos hayamos esforzado por deponer el yo, nuestro precioso Salvador nos dará la ayuda que necesitamos para que seamos vencedores. .. 

Este mundo no es el cielo, es el lugar de preparación; es el taller de Dios donde debemos ser cortados y cincelados y preparados para las mansiones celestiales... Que Dios nos ayude a vencer por la sangre del Cordero y la palabra de su testimonio.
 (Manuscrito 5, 1886). 

12 de mayo de 2014

COMO ESTUDIAR LA BIBLIA


"Escudriñad las Escrituras; Porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí."
Juan 5: 39 

No es suficiente estudiar la Biblia como se estudian los otros libros. Para entenderla con certeza el Espíritu Santo debe mover el corazón del investigador. El mismo Espíritu que inspiró la Palabra debe inspirar al lector de la Palabra. Entonces se oirá la voz del cielo. "Tu palabra, oh Dios, es verdad", será el lenguaje del alma. 

La mera lectura de la Palabra no logrará el resultado designado por el cielo; debe estudiarse y acariciarse con el corazón. El conocimiento de Dios no se obtiene sin esfuerzo mental. Debemos estudiar con diligencia la Biblia, pidiéndole a Dios la ayuda del Espíritu Santo para que podamos entender su Palabra. Deberíamos tomar un versículo y concentrar la mente para descubrir el pensamiento que Dios encerró en ese versículo para nosotros, y luego meditar en ese pensamiento hasta hacerlo nuestro, así sabremos "qué dice el Señor". 

No hay sino poco provecho de la lectura apresurada de las Escrituras. Puede leerse toda la Biblia y sin embargo dejar de ver su belleza o de comprender su significado profundo y oculto. Un pasaje estudiado hasta que su significado es claro para la mente y su relación con el plan de salvación es evidente, es de más valor que la lectura detenida de muchos capítulos sin tener ningún propósito definido y sin obtener ninguna instrucción positiva. Llevad con vosotros vuestra Biblia. Apenas tengáis la oportunidad, leedla: fijad los textos en vuestra memoria. Aun cuando estéis caminando por las calles podéis leer un pasaje y meditar en él, fijándolo así en la mente (Review and Herald, 11 de junio, 1908).

El estudio de la Biblia y la comunión diaria con Jesús nos darán nociones bien definidas de responsabilidad personal y fuerza para subsistir en el día de la prueba y la tentación.
 (Joyas de los testimonios, tomo 2, pág. 101). 

9 de mayo de 2014

ALIENTO A LAS MADRES



En el tiempo de Cristo, las madres le llevaban sus hijos para que les impusiese las manos y los bendijese. Así manifestaban ellas su fe en Jesús y el intenso anhelo de su corazón por el bienestar presente y futuro de los pequeñuelos confiados a su cuidado. Pero los discípulos no podían reconocer la necesidad de interrumpir al Maestro tan sólo para que se fijara en los niños, y en una ocasión en que alejaban a unas cuantas madres, Jesús los reprendió y ordenó a la muchedumbre que diese paso a esas madres fieles y a sus niñitos. Dijo él: "Dejad a los niños, y no les impidáis de venir a mí; porque de los tales es el reino de los cielos". 

Mientras las madres recorrían el camino polvoriento y se acercaban al Salvador, él veía sus lágrimas y cómo sus labios temblorosos elevaban una oración silenciosa en favor de los niños. Oyó las palabras de reprensión que pronunciaban los discípulos y prestamente anuló la orden de ellos. Su gran corazón rebosante de amor estaba abierto para recibir a los niños. A uno tras otro tomó en sus brazos y los bendijo, mientras que un pequeñuelo, reclinado contra su pecho, dormía profundamente. 

Jesús dirigió a las madres palabras de aliento referentes a su obra y ¡cuánto alivió así sus ánimos! ¡Con cuánto gozo se espaciaban ellas en la bondad y misericordia de Jesús al recordar aquella memorable ocasión! Las misericordiosas palabras de él habían quitado la carga que las oprimía y les habían infundido nueva esperanza y valor. Se había desvanecido todo su cansancio. 

Fue una lección alentadora para las madres de todos los tiempos. Después de haber hecho lo mejor que puedan para beneficiara sus hijos, pueden llevarlos a Jesús. Aun los pequeñuelos en los brazos de la madre resultan preciosos a los ojos de él. Y mientras la madre anhele verlos recibir la ayuda que ella no puede darles, la gracia que no puede otorgarles, y se confíe a sí misma y a sus hijos en los brazos misericordiosos de Cristo, él los recibirá y los bendecirá; dará paz, esperanza y felicidad tanto a ella como a ellos. Este es un privilegio precioso que Jesús ha concedido a todas las madres. 

Acudan las madres a Jesús con sus perplejidades. Hallarán gracia suficiente para ayudarles en la dirección de sus hijos. Las puertas están abiertas para toda madre que quiera poner sus cargas a los pies del Salvador. Sigue invitando a las madres a conducir a sus pequeñuelos para que sean bendecidos por él. Aun el lactante en los brazos de su madre, puede morar bajo la sombra del Todopoderoso por la fe de su madre que ora. Juan el Bautista estuvo lleno del Espíritu Santo desde su nacimiento. Si queremos vivir en comunión con Dios, nosotros también podemos esperar que el Espíritu divino amoldará a nuestros pequeñuelos, aun desde los primeros momentos. 

El [Cristo] se identificó con los humildes, los menesterosos y los afligidos. Tomó a los niños en sus brazos y descendió al nivel de los jóvenes. Su gran corazón lleno de amor podía comprender sus pruebas y necesidades, y se gozaba en su felicidad. Su espíritu, abrumado por el apresuramiento y la confusión de la ciudad atestada, cansado del trato con hombres astutos e hipócritas, hallaba descanso y paz en la compañía de los niños inocentes. Su presencia no los rechazaba nunca. La Majestad del cielo condescendía a responder a sus preguntas y simplificaba sus importantes lecciones para ponerlas al alcance de su entendimiento infantil. Implantaba en sus mentes juveniles en pleno desarrollo semillas de verdad que brotarían y producirían una mies abundante cuando fuesen más maduros. 

"Dejad a los niños, y no les impidáis venir a mí; porque de los tales es el reino de los cielos". Estas preciosas palabras deben ser apreciadas, no sólo por toda madre, sino también por todo padre. Alientan a ambos padres para que presenten a sus  hijos a Cristo y para pedir al Padre en su nombre que deje descansar su bendición sobre toda la familia. No son solamente aquellos a quienes más se ama quienes han de recibir atención especial, sino que también los niños inquietos y rebeldes necesitan educación cuidadosa y tierna dirección. 

27 de abril de 2014

NUESTRO PAN DIARIO ASEGURADO


"El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy."
 Mateo. 6:11 

Como el niño, usted recibirá diariamente lo que se requiera para suplir las necesidades de ese día. Cada día debe orar: "El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy". No se sienta perturbado si no tiene suficiente para mañana. Usted posee la seguridad de su promesa: "Tú habitarás en la tierra y ciertamente serás alimentado". David dijo: "Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan" (Sal. 37:25). 

Aquel Dios que envió a los cuervos para que alimentaran a Elías en el arroyo de Querit, no se olvidará de ninguno de sus hijos fieles y sacrificados. De la persona que camina en justicia se escribe: "Se le dará su pan, y sus aguas serán seguras" (Isa. 33:16). "No serán avergonzados en el mal tiempo, y en los días de hambre serán saciados" (Sal. 37:19). "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?" (Rom. 8:32). 

El que alivió los cuidados de su madre viuda y ayudó a sostener el hogar de Nazaret, simpatiza con cada madre que lucha para proveerles alimento a sus hijos. El que tuvo compasión de la multitud porque desfallecían y estaban esparcidos, todavía siente compasión por el pobre sufriente. Su mano se extiende sobre ellos para bendecirlos y en la misma oración que les dio a los discípulos nos enseña a acordarnos de los pobres.-Signs of the Time, 4 de noviembre, 1903. 

La oración por el pan cotidiano incluye no solamente el alimento para sostener el cuerpo, sino también el pan espiritual que nutrirá el alma para vida eterna. Nos dice Jesús: "Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece" (Juan 6:27). "Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre" (vers. 51). Nuestro Salvador es el pan de vida; cuando miramos su amor y lo recibimos en el alma, comemos el pan que desciende del cielo. 

Recibimos a Cristo por su Palabra, y se nos da el Espíritu Santo para abrir la Palabra de Dios a nuestro entendimiento y hacer penetrar sus verdades en nuestro corazón. Hemos de orar día tras día para que, mientras leemos su Palabra, Dios nos envíe su Espíritu con el fin de revelarnos la verdad que fortalecerá nuestras almas para las necesidades del día. 

Al enseñarnos a pedir cada día lo que necesitamos, tanto las bendiciones temporales como las espirituales, Dios desea alcanzar un propósito para beneficio nuestro. Quiere que sintamos cuánto dependemos de su cuidado constante, porque procura atraernos a una comunión íntima con él. En esta comunión con Cristo, mediante la oración y el estudio de las verdades grandes y preciosas de su Palabra, seremos alimentados como almas con hambre; como almas sedientas seremos refrescados en la fuente de la vida.
(El discurso maestro de Jesucristo, pág. 96.) 

26 de abril de 2014

CONFIAD, AUNQUE HAYÁIS FRACASADO


No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 
Filipenses 3:12 

Para pelear con éxito en la batalla contra el pecado debéis manteneros cerca de Jesús. No habléis de incredulidad; no tenéis excusa para hacerlo. Cristo ha hecho un sacrificio completo por vosotros para que podáis estar delante de Dios completos en él. Dios no se complace con nuestra falta de fe. La incredulidad siempre separa al alma de Cristo. 

No es digno de alabanza el hablar de nuestra debilidad y desánimo. Que cada uno diga: "Me aflige el que yo ceda a la tentación, el que mis oraciones sean tan débiles, mi fe tan vacilante. No tengo excusa por ser un enano en mi vida religiosa. Pero estoy tratando de lograr un carácter completo en Cristo. He pecado, pero todavía amo a Jesús. He caído muchas veces, sin embargo él ha extendido su mano para salvarme. Le he dicho todo en cuanto a mis errores. He confesado con vergüenza y dolor que lo he deshonrado. He mirado a la cruz y he dicho: Todo esto él sufrió por mí. El Espíritu Santo me ha mostrado mi ingratitud, mi pecado, al exponer a Cristo a abierta vergüenza. El que no conoció pecado ha perdonado mi pecado. Me llama a una vida más elevada y más noble, y yo me extiendo a lo que está delante". . . 

La humildad que lleva frutos al llenar el alma con un sentido del amor de Dios, hablará de aquel que la abrigo en ese gran día cuando los hombres serán recompensados de acuerdo con sus obras. Feliz será aquel de quien pueda decirse: "El Espíritu de Dios nunca llamó en vano al alma de este hombre. Siguió hacia adelante y hacia arriba de fuerza en fuerza. El yo no estaba entretejido en su vida. El recibía cada mensaje de corrección, amonestación y consejo como una bendición de Dios. Así preparó el camino para recibir bendiciones aún mayores, porque Dios no le habló en vano. Cada paso dado hacia arriba en la escalera del progreso lo preparó para subir más alto aún. Desde el tope de la escalera, la gloria de Dios brilló sobre él. Y él no pensó en descansar, sino trató constantemente de alcanzar la sabiduría y la justicia de Cristo (Manuscrito 161,1897). 123 

10 de abril de 2014

EL ESTUDIO DE LA BIBLIA FORTALECE


"Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza." 
Romanos 15:4 

Nada está calculado para fortalecer el intelecto como el estudio de la Biblia. Ningún otro libro tiene tanto poder para elevar los pensamientos, para vigorizar las facultades, como las amplias y ennoblecedoras verdades de la Biblia. Si se estudiara la Palabra de Dios como se debe, los seres humanos poseerían una amplitud de mente y una nobleza de carácter que rara vez se ven en estos tiempos. 

No hay conocimiento tan firme, tan consistente, de tan largo alcance, como el que se obtiene del estudio de la Palabra de Dios. Si no existiera otro libro en todo el mundo, la Palabra de Dios, vivida mediante la gracia de Cristo, haría perfecto al hombre en esta tierra, dotándolo de un carácter apto para la vida futura e inmortal. Los que estudian la Palabra de Dios, tomándola por fe como la verdad, y recibiéndola en el carácter, serán completos en aquel que es todo en todo. Gracias a Dios por las posibilidades que se han colocado ante la humanidad... El tiempo que se dedique al estudio de la Palabra de Dios y a la oración producirá una cosecha del ciento por uno. 

La Palabra de Dios es la semilla viviente, y a medida que se la siembre en la mente, el agente humano deberá cuidar diligentemente las etapas sucesivas de su desarrollo. ¿Cómo debe ser hecho esto? Después que se ha recibido la Palabra con oración, se la debe apreciar y cultivar en la vida diaria. Necesita crecer y producir fruto, siendo primero hierba, luego espiga. Y después grano lleno en la espiga. 

No basta estudiar la Biblia como se haría con cualquier otro libro. Para que se la pueda comprender salvadoramente, el Espíritu Santo necesita descender sobre el corazón del creyente. El mismo Espíritu que inspiró la Palabra debe inspirar al lector de la Palabra. Entonces se escuchará la voz del cielo. "Tu Palabra, oh Dios, es la verdad", será el lenguaje del alma. 

La mera lectura de la Palabra no producirá los resultados previstos por el cielo; debe ser estudiada y alimentada en el corazón. El conocimiento de Dios no se obtiene sin un esfuerzo mental. Debemos estudiar la Biblia con diligencia, pidiéndole a Dios la ayuda de su Santo Espíritu, para que seamos capaces de comprenderla. Deberíamos tomar un versículo y concentrar la mente en la tarea de descubrir cuál es el pensamiento que Dios ha colocado para nosotros en dicho versículo. Debemos meditar en ese pensamiento hasta que llegue a ser nuestro, y sepamos "lo que dice el Señor".

La Palabra de Dios es el pan de vida. Los que la coman y la digieran, transformándola en una parte de cada acción y de cada atributo del carácter, crecerán vigorosos en la fortaleza de Dios. Ella le concede un vigor inmortal al alma, perfecciona la experiencia y produce un regocijo que permanecerá para siempre.
Signs of the Times, 25 de junio, 1902. 

16 de marzo de 2014

DEBEMOS TENER FE


"Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz, y queda sana de tu enfermedad."
 Marcos 5:34 

Mientras se dirigía a la casa del príncipe, Jesús había encontrado en la muchedumbre una pobre mujer que durante doce años había estado sufriendo de una enfermedad que hacía de su vida una carga. Había gastado todos sus recursos en médicos y remedios, con el único resultado de ser declarada incurable. Pero sus esperanzas revivieron cuando oyó hablar de las curaciones de Cristo. Estaba segura de que si podía tan sólo ir a él, sería sanada... Había empezado a desesperarse, cuando, mientras él se abría paso por entre la multitud, llegó cerca de donde ella se encontraba. 

Había llegado su áurea oportunidad. ¡Se hallaba en presencia del gran Médico! Pero entre la confusión no podía hablarle, ni lograr más que vislumbrar de paso su figura. Con temor de perder su única oportunidad de alivio, se adelantó con esfuerzo, diciéndose: "Si tocare tan solamente su vestido, seré salva". Y mientras él pasaba, ella extendió la mano y alcanzó a tocar apenas el borde de su manto; pero en aquel momento supo que había quedado sana. En aquel toque se concentró la fe de su vida, e instantáneamente su dolor y debilidad fueron reemplazados por el vigor de la perfecta salud... 

De repente Jesús se detuvo y la gente también hizo alto. Jesús se dio vuelta, y mirando en derredor preguntó con una voz que se oía distintamente por encima de la confusión de la multitud: "¿Quién es el que me ha tocado?"... 

El Salvador podía distinguir el toque de la fe del contacto casual de la muchedumbre desprevenida. Una confianza tal no debía pasar sin comentario. El quería dirigir a la humilde mujer palabras de consuelo que fuesen para ella un manantial de gozo, palabras que fuesen una bendición para sus discípulos hasta el fin del tiempo... 

Jesús insistió en saber quién le había tocado. Hallando que era vano tratar de ocultarse, ella se adelantó temblorosa, y se echó a los pies de Jesús. Con lágrimas de agradecimiento, relató la historia de sus sufrimientos y cómo había hallado alivio. Jesús le dijo amablemente: "Hija, tu fe te ha salvado: ve en paz"... No era mediante el contacto exterior con él, sino por medio de la fe que se aferraba a su poder divino, como se había realizado la curación... 

No es suficiente creer acerca de Cristo; debemos creer en él. La única fe que nos beneficiará es la que le acepta a él como Salvador personal; que nos pone en posesión de sus méritos. Muchos estiman que la fe es una opinión. La fe salvadora es una transacción por la cual los que reciben a Cristo se unen con Dios mediante un pacto. La fe genuina es vida. Una fe viva significa un aumento de vigor, una confianza implícita por la cual el alma llega a ser una potencia vencedora. 
El Deseado de todas las gentes, págs. 311-313.