BIENVENIDOS

"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

31 de marzo de 2012

PROVISIONES PARA CADA EMERGENCIA

¿Como escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo
sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron.
(Hebreos 2:3)

   El plan divino Autor de la salvación no dejó nada incompleto en el plan; cada una de sus fases es perfecta. El pecado de todo el mundo fue colocado sobre Jesús y la Divinidad prodigó en Jesús su más alto valor a la humanidad doliente, para que todo el mundo pudiera ser perdonado por fe en el Sustituto. El más culpable no necesita tener temor de que Dios no lo perdone, porque será remitido el castigo de la ley debido a la eficacia del sacrificio divino. Mediante Cristo, puede volver a su obediencia a Dios.
   ¡Cuan maravilloso es el plan de la redención en su sencillez y plenitud! No solo proporciona el perdón al pecador, sino también la restauración del transgresor, preparando un camino por el cual puede ser aceptado como hijo de Dios. Por medio de la obediencia puede poseer amor, paz y gozo. Su fe puede unirlo en su debilidad con Cristo, la Fuente de la fortaleza divina; y mediante los méritos de Cristo puede hallar la aprobación de Dios porque Cristo ha satisfecho las demandas de la ley, e imputa su justicia al alma penitente que cree...
   ¡Que maravilloso amor fue desplegado por el Hijo de Dios!... Cristo toma al pecador en su más profunda degradación y lo purifica, refina y ennoblece. Contemplando a Jesús tal como es, se transforma el pecador y es elevado a la misma cumbre de la dignidad, llegando aun a sentarse con Cristo en su trono...
   El plan de la redención responde a cada emergencia y a cada necesidad del alma. Si fuera deficiente en alguna forma, el pecador podría hallar excusa... pero el Dios infinito conocía cada necesidad humana y ha hecho amplia provisión para suplirla... ¡Qué, pues, podrá decir el pecador en el gran día del juicio final?

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