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"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

26 de julio de 2013

26 de Julio - CONFORME A VUESTRA FE


"Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. "
Mateo 9: 29

Es nuestro deber, como hijos de Dios, hablar acerca de la fe y no de la duda. Debemos tener esperanza y alegría en el Señor. No debemos concentrar nuestra mirada en el lado oscuro de las circunstancias, sino que debemos mirar hacia lo alto, y creer en Aquel a quien el Señor dio al mundo para salvarnos de nuestros pecados. Cristo lleva a cabo nuestra salvación al inspirarnos a tener fe en nuestros corazones y creer en la verdad. La verdad libera; y aquellos a quienes el Hijo libera, ciertamente son libres. Tratemos de honrar a Dios mediante la revelación de una confianza que crezca constantemente en la seguridad que él acepta a cada alma que lo sirve con sinceridad. 

Somos hijos de Dios, y debemos ser conducidos por él Si aprendemos las lecciones relativas a la bondad, la paciencia y la ternura de Jesús, seremos una bendición para todos aquellos con quienes nos relacionemos. Dios quiere que nos consolemos con sus promesas, y que lo alabemos mucho más de lo que lo hacemos. "El que sacrifica alabanza me honrará" (Salmos 50: 23). Aprendamos a expresar gratitud a Dios por su maravillosa condescendencia y su amor por la humanidad. 

El unigénito Hijo de Dios se dispuso a dejar las cortes celestiales y venir a este mundo para vivir en medio de gente desagradecida que no quería aceptar su misericordia y su gracia. Aceptó vivir una vida de pobreza, y soportar sufrimientos y tentaciones. Fue varón de dolores, experimentado en quebranto. La Palabra declara: "Como que escondimos de él el rostro" (Isaías 53: 3). Uno de sus discípulos, Pedro, lo negó, y Judas lo traicionó. La gente que vino a bendecir lo rechazó. Lo sometieron a la vergüenza y le causaron indecibles sufrimientos. Le pusieron una corona de espinas que traspasó sus santas sienes. Lo azotaron y lo clavaron a la cruz. No obstante, en medio de todo esto, ni una sola palabra de queja se escapó de sus labios. 

Cristo soportó todos esos sufrimientos para obtener el derecho de conferir justicia eterna a todos los que creyeran en él. ¡Oh, cuando pienso en esto, llego a la conclusión de que jamás debería brotar de mis labios la menor queja!  
Cuando pasemos por dificultades, consideremos cuánto le costó la salvación al Dios del universo.
 ( Carta 232 , del 26 de julio de 1908, dirigida al Hno. Hare y Sra., obreros en los estados del sur)

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