Así alumbre vuestra luz, delante de los hombres, para que vean vuestras
buenas obras, y glorifiquen a nuestro Padre que está en los cielos.
(Mateo 5:16)
Los que poseen un conocimiento experimental de la verdad están bajo la
obligación delante de Dios de comunicar la preciosa verdad... Algunos se
convencerán de su culpa y escucharán las palabras que se les hablan con amor y
ternura. Reconocerán que la verdad es justamente lo que necesitan para
libertarse de la esclavitud del pecado y de las ataduras de los principios
mundanos. Ante ellos se extienden temas para el pensamiento, campos para la
acción, que jamás habían comprendido. En Jesús, el Redentor, disciernen
sabiduría infinita, infinita justicia, infinita misericordia: profundidad,
altura, longitud y anchura de amor que sobrepasa todo conocimiento. Quedan
encantados contemplando la perfección del carácter de Cristo, su misión, su
amor, su gracia, su verdad. Se satisface la gran necesidad de su alma, y dirán
como el salmista: "Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza" (Salmos 17:15). Ven en Jesucristo el objeto divino de la fe y el amor. Para ellos ha
terminado la adoración de los tesoros terrenales y el amor al mundo.
Estas almas se apoderan de la Palabra de Dios. Ven que los milagros, la abnegación, el sacrificio de Cristo, su crucifixión, fueron para ellos. El lenguaje del corazón será: "El murió por mí. El triunfó en la muerte para que yo no perezca, sino que crea en él como mi Salvador personal, y tenga esa vida que se mide con la vida de Dios. En la riqueza de su gracia se han posesionado de mí tesoros tan perdurables como la eternidad"...
Ha descubierto la Fuente de aguas vivas, las fuentes de la salvación, de las cuales puede extraer continuamente, y no disminuirá la provisión.
Estas almas se apoderan de la Palabra de Dios. Ven que los milagros, la abnegación, el sacrificio de Cristo, su crucifixión, fueron para ellos. El lenguaje del corazón será: "El murió por mí. El triunfó en la muerte para que yo no perezca, sino que crea en él como mi Salvador personal, y tenga esa vida que se mide con la vida de Dios. En la riqueza de su gracia se han posesionado de mí tesoros tan perdurables como la eternidad"...
Ha descubierto la Fuente de aguas vivas, las fuentes de la salvación, de las cuales puede extraer continuamente, y no disminuirá la provisión.
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