BIENVENIDOS

"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

29 de marzo de 2013

DEMOS DE LO QUE HEMOS RECIBIDO


El alma generosa será prosperada, y el que saciare, él también será saciado.
Proverbios 11:25

La generosidad es una de las virtudes que nos infunde el Espíritu Santo, y cuando el profeso pueblo de Dios priva de al Señor de los diezmos y las ofrendas experimenta una pérdida espiritual. El Señor no recompensa la mezquindad. Invita a su pueblo a que lo honre con sus bienes y con las primicias de todos sus frutos.

No se puede trazar una regla para cada caso, porque si así lo hiciéramos, muchas veces desanimaríamos al dador. Hay que tomar en cuenta las circunstancias en que se encuentran algunos, y que Dios permite por alguna razón. El Señor espera que el hombre dé de lo que tiene, y no de lo que no tiene. Para algunos la décima parte de sus entradas no sería la proporción adecuada de lo que debería dar al Señor, mientras que para otros sería perfectamente aceptable.

¡Cuántos están perdiendo ricas bendiciones y se están convirtiendo en enanos espirituales porque privan al Señor de lo que le pertenece! El enemigo de Dios y el hombre obra constantemente para desviar los tesoros que pertenecen a Dios, para deleite, honra y gloria del ser humano. Los hombres dicen: Las necesidades de mi familia requieren que compre esto y aquello, y la casa se llena de comodidades tales como muebles, ropas y manjares. No ponen límite a sus deseos cuando, si lo hicieran, recibirían bendiciones ellos mismos y para sus familiares.

Dios nos ha hecho sus mayordomos, colaboradores suyos en la gran obra de promover el progreso de su reino en la tierra. Podemos seguir la conducta del mayordomo infiel, y al hacerlo así perder los más preciosos privilegios jamás concedidos a los hombres. Por miles de años ha obrado Dios por medio de instrumentos humanos, pero a su arbitrio puede dejar de lado al egoísta, al amante del dinero y al codicioso. Puede darle impulso a su obra sin nuestra participación. Pero, ¿quién entre nosotros se sentiría complacido si el Señor lo hiciera?.

Dios lee cada pensamiento del corazón, cada impulso de la mente no estamos dispuestos a dar generosamente, nos estamos burlando de él.
 ( Manuscrito 47 , del 29 de marzo de 1899, "Dios ama al dador alegre").

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