"Acuérdate del día de reposo para santificarlo". (Exodo 20:8)
Este es día de preparación. Debemos llegar al sábado habiendo terminado nuestra
obra de la debida manera, y sin llevar algo de ella hasta el sábado. Por la
mañana, debemos comenzar cuidando de cualquier prenda de vestir que pudiéramos
haber descuidado durante la semana, a fin de que nuestra vestimenta pueda ser
limpia, ordenada y de la debida apariencia en el lugar donde el pueblo de Dios
se reúne para el culto. Debiera evitarse el entrar en nuevas ocupaciones, si es
posible, y debe hacerse un esfuerzo para terminar las cosas ya comenzadas que
están hechas a medias. Prepárese todo lo que tenga que ver con los asuntos del
hogar, de modo que no haya preocupaciones y la mente esté dispuesta para
descansar y meditar en las cosas celestiales.
Debe examinarse mucho más íntimamente la semana pasada. Repásesela y véase si, como una rama de la Vid viviente, nos hemos alimentado de la Viña materna para dar mucho fruto para la gloria de Dios. Si ha habido excitación febril, si se han pronunciado palabras apresuradas, si se ha revelado pasión, seguramente esto ha sido obra de Satanás. Límpiese el corazón por medio de la confesión. Arréglese todo sinceramente antes del sábado. Examínese uno mismo para ver si está en fe. Necesitamos velar continuamente por nuestra alma, no sea que hagamos una gran profesión y, como la higuera que extendía sus ramas llenas de follaje, no revelemos fruto precioso. Cristo anhela ver tales frutos y recibirlos...
Llevar el yugo de Cristo significa depender humildemente de Dios y tener una fe que acepta su palabra y confía en él siempre Y en todas las circunstancias. El cristiano hace que Dios rija todas sus pasiones. Entonces, si los pensamientos han sido sometidos al cautiverio de Cristo, habrá un saludable crecimiento en belleza y gracia de carácter
Debe examinarse mucho más íntimamente la semana pasada. Repásesela y véase si, como una rama de la Vid viviente, nos hemos alimentado de la Viña materna para dar mucho fruto para la gloria de Dios. Si ha habido excitación febril, si se han pronunciado palabras apresuradas, si se ha revelado pasión, seguramente esto ha sido obra de Satanás. Límpiese el corazón por medio de la confesión. Arréglese todo sinceramente antes del sábado. Examínese uno mismo para ver si está en fe. Necesitamos velar continuamente por nuestra alma, no sea que hagamos una gran profesión y, como la higuera que extendía sus ramas llenas de follaje, no revelemos fruto precioso. Cristo anhela ver tales frutos y recibirlos...
Llevar el yugo de Cristo significa depender humildemente de Dios y tener una fe que acepta su palabra y confía en él siempre Y en todas las circunstancias. El cristiano hace que Dios rija todas sus pasiones. Entonces, si los pensamientos han sido sometidos al cautiverio de Cristo, habrá un saludable crecimiento en belleza y gracia de carácter
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