BIENVENIDOS

"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

23 de mayo de 2012

HONRAD A DIOS EN EL HOGAR


La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos
unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones
al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. (Colosenses 3:16)

    Esto es lo que necesitamos en nuestros hogares. No hay críticas ni asperezas, sino paz y gozo, y descanso en el Señor... Dios demanda un servicio amante. Demanda que los padres hablen amorosa y tiernamente a sus hijos. Vean ellos que pensáis que os ayudan. Dadles responsabilidades, pequeñas al principio, y mayores a medida que crezcan. Nunca, nunca, permitáis que os oigan decir: "Me estorban más de lo que me ayudan"... 

Cuántos hay que olvidan que el hogar es una escuela, en la cual se preparan los hijos para trabajar, ya sea para Cristo o para Satanás. Padres y madres, recordad que cada palabra que habláis al alcance del oído de vuestros hijos tiene una influencia sobre ellos, una influencia ya sea para bien o para mal. Recordad que si halláis faltas en otros, estáis educando a vuestros hijos para que sean criticones.

Rodeados de vuestros hijos, inclinaos delante del Padre celestial. Pedidle ayuda para preservar el depósito que os ha confiado. Sean vuestras peticiones cortas y fervientes. Decid: "Padre celestial, quiero que mis hijos sean salvados. Concédeme la ayuda de tu Espíritu, para que pueda prepararlos a fin de que sean hallados dignos de heredar la vida eterna". Enseñad a vuestros hijos a ofrecer sus sencillas oraciones. Decidles que Dios se deleita en sus peticiones.

Podemos someter a nuestros hijos tan sólo si nos sometemos a nosotros mismos. Pero hay muchos padres que inculcan en la vida de su hogar sus malas tendencias hereditarias y cultivadas. No han abandonado su puerilidad. Regañan a sus hijos por cosas que nunca debieran notar. Padres, no regañéis nunca a vuestros hijos. Tratadlos con firmeza pero con bondad. Mantenedlos ocupados...
Sea vuestro hogar un lugar donde Dios es amado y honrado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario