Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere,
¿con qué será salada? No sirve más para nada,
sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Mateo 5:13
Los que ocupan cargos de responsabilidad, deben disponer de autoridad para poder
actuar, pero nunca deben usarla para negar ayuda a los necesitados y
desamparados. Nunca se la debe ejercer para desanimar y deprimir a un alma que
lucha. Los que ocupan puestos de influencia recuerden siempre que Dios desea que
tengan la actitud de Cristo quien, tanto por creación como por redención, es el
dueño de todos los hombres.
La verdadera piedad se mide por el
trabajo realizado. La profesión de fe no vale nada; el cargo que se ocupa,
tampoco. Un carácter semejante al de Cristo es la evidencia que debemos dar de
que Dios envió a su Hijo al mundo. Los que profesan ser cristianos, pero no
actúan como Cristo lo haría en su lugar, perjudican grandemente la causa de
Dios. Representan mal a su Salvador y están en una posición falsa.
El
verdadero discípulo, en cuyo corazón Cristo habita, manifiesta ante el mundo el
amor de Jesús por la humanidad. Es la mano ayudadora de Dios. El resplandor de
la salud espiritual vivifica todo su ser a medida que recibe gracia del Salvador
para proporcionarla a los demás.
La religión pura e incontaminada no
es un sentimiento, sino obras de amor y misericordia. Esta religión es necesaria
para la salud y la felicidad. Entra en el templo contaminado del alma, y con un
azote expulsa al pecaminoso usurpador. Al tomar posesión del trono, lo santifica
todo con su presencia, e ilumina el corazón con los resplandecientes rayos del
Sol de Justicia. Abre las ventanas del alma hacia el cielo, para permitir que
penetren los rayos del amor de Dios. Esto trae serenidad y tranquilidad. Aumenta
la fuerza física, mental y moral, porque la atmósfera del cielo, como un medio
viviente y activo, llena el alma. Cristo, la esperanza de gloria se forma en el
corazón.
Cuando los cristianos no revelan a Cristo, ¿cuánto valen?
¿No son como la sal insípida que "no sirve para nada"? Pero cuando manifiestan
en sus vidas las propiedades salvadores de la verdad, las pobres almas pecadoras
no quedan abandonadas para perecer en su corrupción. ( Carta 7 , del 17 de
enero de 1901, dirigida a los hermanos que ocupan puestos de confianza).
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