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"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

22 de enero de 2014

22 de Enero - EN LAS MANOS DEL ALFARERO


"Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros." 
Isaías 64: 8

En su Palabra, Dios se compara a sí mismo con un alfarero y a su pueblo con la arcilla. Su obra consiste en modelarnos y formarnos a su semejanza. La lección que debemos aprender es una lección de sumisión. No ha de enaltecerse el yo. Si se da la debida atención a la instrucción divina, si el yo se somete a la voluntad divina, la mano del Alfarero producirá un vaso simétrico (SDA Bible Commentary, tomo 4, pág. 1154). 

La excelencia de una relación genuina con Cristo proviene de la obediencia a las palabras: "Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí. . ." El obrero que ha experimentado esto tiene un intenso anhelo de conocer la plenitud del amor que sobrepuja todo conocimiento, Su capacidad para disfrutar del amor de Dios aumenta constantemente. Al aprender cada día en la escuela de Cristo, tiene una capacidad creciente para captar el significado de las sublimes verdades que son tan abarcantes como la eternidad. . . 

Comprende que él es un material con el cual está obrando Dios y que debe ser pasivo en las manos del Maestro. Las pruebas lo asaltan, porque a menos que sea probado por la piedra de toque y por los contratiempos, nunca llegaría a conocer su falta de sabiduría y de experiencia. 

Si busca al Señor con humildad y confianza, cada prueba resultará para su bien. A veces le parecerá que fracasa, pero su supuesto fracaso para alcanzar el lugar donde esperaba estar puede ser el camino de Dios para hacerle avanzar. Piensa que ha fracasado, pero su fracaso aparente significa un mejor conocimiento de sí mismo y una confianza más firme en Dios. . . Quizá cometa errores, pero aprende a no repetirlos. Unido a Cristo, la Vid verdadera, puede llevar fruto para gloria de Dios. . . 

El Señor desea que seamos mansos, humildes y contritos, y que sin embargo estemos llenos con la seguridad que proviene de un conocimiento de la voluntad de Dios. "No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. . . Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia" " (2 Timoteo 1:7-9).
 (Manuscrito 121, 1902). 

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