BIENVENIDOS

"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

25 de enero de 2014

25 de Enero - EDIFICANDO PARA LA ETERNIDAD


"Para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere."
Colosenses 4: 12

El Infinito, el único que puede producir orden y belleza del caos y confusión de la oscuridad de la naturaleza, puede subyugar el rebelde corazón del hombre y poner su vida en conformidad con la voluntad divina. Su Espíritu puede aplacar el temperamento rebelde. . . 

Día tras día estamos edificando caracteres, y edificamos para la eternidad. Dios desea que nosotros, en nuestra vida, demos un ejemplo a la gente del mundo de lo que debieran ser, y de lo que puede ser por la obediencia al Evangelio de Cristo. Coloquémonos en las manos de Dios para que nos trate como a él le parezca mejor. . . " "Vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios" (1 Cor. 3: 9). Si edificamos en cooperación con Dios, la estructura que levantamos día tras día crecerá más bella y más simétrica bajo la mano del Maestro edificador y perdurará toda la eternidad. 

La santificación es una obra progresiva. Es una obra continua que eleva más y más a los seres humanos. No deja de lado el amor, sino que lo introduce en la vida como la esencia misma del cristianismo. 

Cristo nos dice: " "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto" (Mat. 5: 48). El es nuestro ejemplo. Durante su vida terrenal, siempre fue bondadoso y gentil. Su influencia fue siempre fragante; pues en él moraba el perfecto amor. Nunca era agrio ni intratable, y nunca transigía con el error para obtener un favor. Si tenemos su justicia, seremos como él es gentileza, en tolerancia y en amor desinteresado. Morando en la luz del sol de su presencia, ¿no seremos ablandados por su gracia? 

Honremos nuestra profesión de fe. Adornemos nuestra vida con bellos rasgos de carácter. La aspereza en el habla y en las acciones no procede de Cristo sino de Satanás. Al aferrarnos de nuestras imperfecciones y deformidades, ¿haremos que Cristo se avergüence de nosotros? La gracia de Cristo nos es prometida. Si la recibimos, embellecerá nuestra vida.
 (Review and Herald, 14 de enero, 1904). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario