Por cuanto has guardado mi palabra de paciencia, yo también te guardaré
de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero,
para probar a los que moran sobre la tierra.
Apocalipsis 3:10
Dios tiene un registro de la conducta de las naciones... En esta época se
manifiesta un desprecio inaudito por Dios. Los hombres han llegado a un punto de
insolencia y desobediencia que muestra que su copa de iniquidad está casi
llena... El Espíritu de Dios está siendo retirado de la tierra. Cuando el ángel
de la misericordia pliegue sus alas y se aleje, Satanás ejecutará las malas
obras que ha querido realizar durante mucho tiempo. Tormentas y tempestades,
guerras y derramamiento de sangre: en estas cosas se deleita y eso reúne en su
cosecha. Y los hombres serán engañados tan completamente por él, que declararán
que esas calamidades son el resultado de la transgresión del primer día de la
semana. Desde los púlpitos de las iglesias populares se proclamará la
declaración de que el mundo está siendo castigado porque no se honra el domingo
como se debiera...
Satanás introducirá fábulas agradables en la mente cae los que no aman la verdad. Acusará con airado celo a los observadores de los mandamientos... Satanás reclama para sí el mundo, pero hay un grupo reducido que lucha contra sus engaños y lucha denodadamente por la fe que una vez fue dada a los santos. Satanás se empeña en destruir a ese pueblo. Pero Dios es su torre de fortaleza. Levantará por ellos estandarte contra el enemigo. Será para ellos "escondedero contra el viento" y" "refugio contra el turbión" (Isaías 32:2). Les dirá: "Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos" (Isaías 26:20,21).
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