BIENVENIDOS

"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

26 de septiembre de 2012

SUFRIR POR LA VERDAD


Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es
mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también
a vosotros os perseguirán. (Juan 15:20)

¿Qué hará el instrumento humano para tener el privilegio de colaborar con Dios? ¿Dejará todo lo que tiene antes que dejar a Cristo?... ¿Soportará persecuciones por amor a la verdad? Los vituperios y las persecuciones han separado a muchas almas del cielo, pero nunca a un alma del amor de Cristo. La persecución nunca ha separado de Cristo a un alma que lo amaba de verdad. El amor de Jesús en el alma es absorbente, porque no tiene paralelo ese gran amor con el que Dios nos amó, manifestado al dar a Cristo por nosotros...

Si podemos soportar la persecución por amor a su nombre, su amor se convierte en un poder director en nuestros corazones, porque tenemos la seguridad de que ninguna cosa puede separarnos del amor de Cristo. El alma afligida nunca es más amada por su Salvador que cuando está experimentando quebrantos por amor de la verdad. Cuando el creyente, por amor de la verdad, comparece ante tribunales injustos, Cristo está a su lado. Todos los vituperios que caen sobre el creyente humano, caen también sobre Cristo en la persona de sus santos. Cristo dijo: "Yo le amaré y me manifestaré a él" (Juan 14:21). Cristo es condenado otra vez en la persona de sus discípulos. Cuando el creyente es encarcelado por causa de la verdad, Cristo se le manifiesta y llena su corazón con su amor. Cuando experimenta la muerte por amor a Cristo, él le dice: Mataran el cuerpo, pero no pueden matar el alma. 
 "Confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33).

El apóstol nos dice: "Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos. Él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado" (1 Pedro 4:14). Pregúntese: "¿Es mi Redentor magnificado en mi delante del universo del cielo, de los instrumentos satánicos y del mundo?".

1 comentario:

  1. Antes de la crucifixión, el Salvador había predicho a sus discípulos que iba a ser muerto y que resucitaría del sepulcro, y hubo ángeles presentes para grabar esas palabras en las mentes y en los corazones. Pero los discípulos esperaban la liberación política del yugo romano y no podían tolerar la idea de que Aquel en quien todas sus esperanzas estaban concentradas, fuese a sufrir una muerte ignominiosa. Desterraron de su mente las palabras que necesitaban recordar, y cuando llegó el momento de prueba, los encontró sin la debida preparación. La muerte de Jesús destruyó sus esperanzas igual que si no se las hubiese predicho. (Eventos de los últimos días. pagina 15)

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