BIENVENIDOS

"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

21 de abril de 2012

LA MEDIDA DEL CARÁCTER


El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso,
 no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 
no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, 
todo lo espera, todo lo soporta. (1 Corintios 13:4-7).

   Por medio de su apóstol inspirado, Cristo nos ha presentado la medida del carácter que está imbuido del amor de Cristo. Hemos de llevar las huellas de Cristo, hemos de tener su semejanza. Se nos da este ejemplo para que podamos conocer las posibilidades, las alturas que podemos alcanzar en Cristo y mediante él. La norma que nos presenta es la perfección en él, y mediante sus méritos podemos alcanzarla. Fallamos porque estamos contentos de mirar las cosas terrenales antes que las celestiales. Contemplando a Cristo somos transformados de gloria en gloria. El ojo que mira las cosas comunes necesita ser elevado... 
     Nadie ha medido todavía la naturaleza de Dios o el carácter de su Hijo. Debemos tener un conocimiento de Dios para formar caracteres y adquirir hábitos para la vida superior. Las tentaciones vendrán sobre nosotros... Seremos sometidos a pesadas pruebas, oposición, privaciones, aflicciones; pero sabemos que Jesús pasó por todas ellas. Esas vicisitudes nos son valiosas; las ventajas de ningún modo se restringen a esta corta vida; llegan a los siglos eternos...
    Todas las escenas de esta vida en la que debemos efectuar una parte han de ser cuidadosamente estudiadas, pues son una parte de nuestra educación...
   La misericordia y la verdad se han unido en Cristo, y la justicia y la paz se han abrazado. Cuando contempláis el trono de Cristo, ofreciendo vuestro arrepentimiento y alabanza y agradecimiento a Dios, perfeccionáis el carácter cristiano y representáis a Cristo ante el mundo. Habitáis en Cristo, y Cristo habita en vosotros.