BIENVENIDOS

"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

11 de abril de 2012

PARTICIPANTES CON CRISTO

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan,
vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual
yo daré por la vida del mundo. (Juan 6:51).


   El pan no nos puede beneficiar a menos que lo comamos, a menos que se convierta en parte de nuestro ser. Un conocimiento de Cristo no servirá de nada a menos que lleguemos a ser como Él en carácter, a la misma semejanza y representando su espíritu al mundo. Cristo no tiene valor para nosotros a menos que sea formado dentro de nosotros: la esperanza de gloria. Si no lo conocemos como a nuestro Salvador personal, no nos hará bien un conocimiento teórico. El agua no apagará nuestra sed, a menos que la bebamos. El pan no satisfará nuestra hambre, a menos que lo comamos.
   Si nos alimentamos espiritualmente de Cristo, somos participantes de su naturaleza, estamos comiendo de su carne y bebiendo de su sangre.
   Cuando Cristo pronunció estas palabras, muchos de sus discípulos quedaron en duda en cuanto a su significado, y Él explicó sus palabras diciendo: "El espíritu es el que da vida; la carne nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida" (Juan 6:63)
   Si consideráis a Cristo como a un tesoro valioso, si encontráis en Él vuestra mayor satisfacción, si es valorado y apreciado por encima de todo lo demás, si consideráis todo pérdida para poder ganarlo, estáis comiendo su carne y bebiendo su sangre y estáis conformándoos a su imagen. Los que tienen hambre y sed de justicia serán hartos. La invitación es: "A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura..." (Isaías 55:1,2).