BIENVENIDOS

"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

10 de abril de 2012

PAN PARA EL HAMBRIENTO

Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida, el que a mí viene, nunca tendrá hambre;
 y el que en mí cree, no tendrá ser jamás. (Juan 6:35).

   Muchos sufren de hambre y no tienen fuerza porque, en vez de comer del Pan que descendió del cielo, llenan su mente con cosas de menor importancia. Pero el pecador participa del Pan de vida, se convertirá en un alma viviente regenerada y restaurada.
   El Pan que descendió del cielo infundirá nueva vida a sus debilitadas energías. El Espíritu Santo tomará de las cosas de Dios y se las mostrará; y si las recibe, su carácter se limpiará de todo egoísmo, se refinará y purificará para el cielo.
   Cristo dice a los descuidados, indiferentes, a los que están al borde del precipicio de la ruina: Abrid la puerta de vuestro corazón; dadme entrada, y os haré hijos de Dios. Transformaré vuestra débil y pecaminosa naturaleza a la imagen divina, dándole belleza y perfección.
   No solo cristo nos da el Pan de vida, sino que el Agua de vida que nos da es como un manantial de agua que surge para vida eterna. Es vivificante y su eficacia es purificadora, pues procede del trono de Dios.
   Los que permitan que Dios obre  en ellos, crecerán hasta la estatura plena de hombres y mujeres en Cristo Jesús. Cada facultad de su mente y cuerpo se usará en el servicio de Dios...Él tiene maravillosas bendiciones que dar a los que lo reciban. Es poderoso en fortaleza y admirable en consejo. Por la ministración del Espíritu Santo, habla para imprimir su imagen en nuestro carácter. Si nos alimentamos de Él, nos convertiremos en nuevas criaturas en Cristo Jesús. Las virtudes de un verdadero carácter cristiano, las excelencias que se revelan en el carácter de Cristo, se verán en la vida nacida del Espíritu. El hombre, con su naturaleza humana, se volverá  participante de la Divinidad. El poder de Cristo santificará cada parte del ser, difundiendo vida, actividad y salud a todo ser y produciendo eficiencia espiritual.