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"Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" PROVERBIOS 8:17

Es tiempo de que seamos más intensos en nuestra devoción.
E.G.W. "Recibiréis Poder" 22 de Octubre

17 de junio de 2012

LA MEDIDA DE DIOS PARA MI CARÁCTER



Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí
mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose
consigo mismos, no son juiciosos. (2 Corintios 10:12)

   Muchos se miden a sí mismos entre sí, y comparan su vida con las vidas de otros. Esto no es correcto. Sólo Cristo es nuestro ejemplo. Es nuestro verdadero modelo, y cada uno debiera esforzarse en sobresalir imitándolo... 

Ser cristiano no es meramente llevar el nombre de Cristo, sino tener la mente de Cristo, someterse a la voluntad de Dios en todas las cosas. Muchos que profesan ser cristianos tienen todavía que aprender esta gran lección. Muchos saben poco de lo que es negarse a sí mismos por Cristo. No estudian cómo pueden glorificar mejor a Dios y hacer avanzar su causa. Pero es el yo, el yo, ¿cómo puede ser complacido? Tal religión no tiene valor. En el día de Dios, los que la poseen serán pesados en la balanza y hallados faltos.

No vale mucho lo que digan los hombres, ni sus opiniones. La cuestión que nos interesa es: ¿Cuál es la medida de Dios para mi carácter?... Cada uno tiene su propia obra que hacer, sus propias decisiones que tomar. El que mantiene a otro en un sendero equivocado, no está de parte de Dios sino del enemigo. " "No hice así"," dice Nehemías, "a causa del temor de Dios" (Nehemías 5:15).

Cada uno ha de ceñirse para el conflicto espiritual que está ante nosotros. Los planes del mundo, las costumbres del mundo, aquellas cosas que consiente el mundo, no son para nosotros. Hemos de decir: "No hice así a causa del temor de Dios". El egoísmo, la falta de honradez, la astucia, tratan de entrar en el corazón. No les demos lugar.

Nehemías fue sincero para la gloria de Dios... Por la estabilidad de su proceder, demostró que era un valiente cristiano. Su conciencia estaba limpia, refinada, ennoblecida por la obediencia a Dios. Rehusó apartarse de los principios cristianos.